Las referencias sobre la ciudad de la piedra, no son buenas: A pesar de los tiempos modernos, los ciudadanos aún citan los paraderos con cantinas.
Un problema que no se ha resuelto durante los últimos años, a pesar en cada campaña entre las principales promesas de los candidatos en busca de la alcaldía.
“Esa dirección se encuentra cerca de la mini-zona”, o “está rumbo a la Diligencia”, son algunos ejemplos de cómo se orientan los huixtlecos sobre su ciudad.
No es para menos, pues la cabecera municipal casi se encuentra inundada de bares y cantinas, proliferadas por las actuales autoridades y por quienes han estado en el ayuntamiento.
“Es más fácil referirnos a una cantina para que den con el domicilio. Ya se volvió una costumbre”, cita José Mendoza, un vecino de las cantinas que se encuentran a escasos metros del mercado Miguel Hidalgo.
Y así se ven otros tugurios como los que conforman la “mini-zona” de tolerancia, a unas cuadras del centro de Huixtla y en una de las zonas del transporte público.
Los planes de reubicar estos centros a otra zona han quedado en el olvido, así como aplicar las medidas correctivas para clausurar aquellos en donde se protagonizan escándalos y no se cumplen con las medidas de salud e higiene, pues incluso existen sexo-servidoras, han quedado en el olvido y solo son utilizado como “bandera política” cada 3 años por los aspirantes a la alcaldía.
“No ha hecho nada la Dirección de Salud Municipal, pues no se sabe si realizan operativo. Si han aplicado el reglamento de alcoholes o el de salud”, lamenta Graciela González, una vecina de la denominada “mini-zona”.
En semanas pasadas, el cabildo autorizó la clausura del estanquillo de periódicos y revistas ubicado en el parque central, argumentando no cumplir con las medidas como contar con baños y estar debidamente pintado en su fachada. (Redacción/Zona Costa)
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