México, DF. Agosto 05.- Miguel Hidalgo, José María Morelos, Emiliano Zapata y Francisco Villa han zarpado de China, con destino a México, para participar en el festejo del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.
En forma de bustos de pasta, los héroes de las gestas independentista y revolucionaria, así como pequeñas reproducciones de monumentos históricos, son elaboradas en el país asiático e importadas al país para comercializarse a propósito de las fiestas patrias.
Pintadas a mano, las figuras históricas se ofrecen en conjuntos de diez piezas e incluyen las reproducciones de los iniciadores del movimiento independentista: Hidalgo, Morelos y Vicente Guerrero; de los héroes de la Revolución, Francisco I. Madero , Carranza, Villa, Zapata y y de monumentos como la Columna de la Independencia, el de la Revolución, así como de la Campana de Dolores.
Por 149 pesos más IVA, las figuras se venden como oferta de temporada en las 297 tiendas de la cadena Waldo’s Mart, un establecimiento que importa la mayoría de sus productos y los ofrece a un mismo precio. Las figuras se venden dentro de una caja que imita el logotipo oficial de las fiestas del Bicentenario; sin embargo, de acuerdo con fuentes de la Comisión Nacional organizadora de los festejos, no se ha otorgado permiso alguno a empresas extranjeras para elaborar o comercializar productos relacionados con las gestas, ni para utilizar los logotipos del
Bicentenario.
En el empaque se especifica que la tienda comercializadora, con sede en Tijuana, Baja California, ha sido también la encargada de importar el producto desde el país asiático y cada una de las piezas lleva una pequeña etiqueta de color naranja en la que se lee: “Made in China”.
La llegada de productos de manufactura asiática, relacionados con la cultura o historia mexicana, no es nueva. Desde que la industria china comenzó su repunte a nivel internacional, organismos de artesanos y comerciantes mexicanos han denunciado la presencia de productos asiáticos en los que se reproducen los símbolos patrios nacionales o los religiosos como la Virgen de Guadalupe.
La Unión Nacional de Productores Artesanales denunció en 2005 que adornos, banderas, guirnaldas y colguijes relacionados con las fiestas decembrinas hechos en el país, habían comenzado a ser desplazados por la invasión de productos chinos. El mismo caso se ha dado con otros productos de gran arraigo nacional como la virgen de Guadalupe o, incluso, con figuras de orfebrería zacatecana y diseños y tejidos de ropa tradicional como los sarapes de Saltillo.
De acuerdo con Luis Arturo Flores, subdirector de Análisis Económico de Ixe Grupo Financiero, la llegada de estos productos al país obedece principalmente a un tema de costos. “Fabricar en China productos no especializados sale muy barato por la parte de los costos laborales, sobre todo; son tan baratos y hay tanta disponibilidad de mano de obra que compensa o supera los costos de transporte de traslado y de distancia”.
Traer productos del continente asiático a México, apuntó, “es relativamente fácil”, dado que China pertenece a la Organización Mundial de Comercio (OMC) desde 2001, aunque también depende del sector al que corresponde el producto. “Las dificultades que podría enfrentar una empresa son básicamente dos: la distancia y el idioma”, dijo.
A pesar del libre flujo mercantil que China tiene con otros países, agregó, sigue habiendo restricciones sobre la reproducción de símbolos de otras naciones o de productos cuyo derechos de autor están protegidos. “No es un tema exclusivo de México, sino de varios países, contra China; se ha pedido mayor protección a lo que se llama derechos de autor o de propiedad, es algo multilateral y, a nivel global, se han dado varias quejas dentro de la OMC en los que se han expuestos los casos de propiedad elemental”, afirmó Flores. (Retomado del periódico Excélsior)
En forma de bustos de pasta, los héroes de las gestas independentista y revolucionaria, así como pequeñas reproducciones de monumentos históricos, son elaboradas en el país asiático e importadas al país para comercializarse a propósito de las fiestas patrias.
Pintadas a mano, las figuras históricas se ofrecen en conjuntos de diez piezas e incluyen las reproducciones de los iniciadores del movimiento independentista: Hidalgo, Morelos y Vicente Guerrero; de los héroes de la Revolución, Francisco I. Madero , Carranza, Villa, Zapata y y de monumentos como la Columna de la Independencia, el de la Revolución, así como de la Campana de Dolores.
Por 149 pesos más IVA, las figuras se venden como oferta de temporada en las 297 tiendas de la cadena Waldo’s Mart, un establecimiento que importa la mayoría de sus productos y los ofrece a un mismo precio. Las figuras se venden dentro de una caja que imita el logotipo oficial de las fiestas del Bicentenario; sin embargo, de acuerdo con fuentes de la Comisión Nacional organizadora de los festejos, no se ha otorgado permiso alguno a empresas extranjeras para elaborar o comercializar productos relacionados con las gestas, ni para utilizar los logotipos del
Bicentenario.
En el empaque se especifica que la tienda comercializadora, con sede en Tijuana, Baja California, ha sido también la encargada de importar el producto desde el país asiático y cada una de las piezas lleva una pequeña etiqueta de color naranja en la que se lee: “Made in China”.
La llegada de productos de manufactura asiática, relacionados con la cultura o historia mexicana, no es nueva. Desde que la industria china comenzó su repunte a nivel internacional, organismos de artesanos y comerciantes mexicanos han denunciado la presencia de productos asiáticos en los que se reproducen los símbolos patrios nacionales o los religiosos como la Virgen de Guadalupe.
La Unión Nacional de Productores Artesanales denunció en 2005 que adornos, banderas, guirnaldas y colguijes relacionados con las fiestas decembrinas hechos en el país, habían comenzado a ser desplazados por la invasión de productos chinos. El mismo caso se ha dado con otros productos de gran arraigo nacional como la virgen de Guadalupe o, incluso, con figuras de orfebrería zacatecana y diseños y tejidos de ropa tradicional como los sarapes de Saltillo.
De acuerdo con Luis Arturo Flores, subdirector de Análisis Económico de Ixe Grupo Financiero, la llegada de estos productos al país obedece principalmente a un tema de costos. “Fabricar en China productos no especializados sale muy barato por la parte de los costos laborales, sobre todo; son tan baratos y hay tanta disponibilidad de mano de obra que compensa o supera los costos de transporte de traslado y de distancia”.
Traer productos del continente asiático a México, apuntó, “es relativamente fácil”, dado que China pertenece a la Organización Mundial de Comercio (OMC) desde 2001, aunque también depende del sector al que corresponde el producto. “Las dificultades que podría enfrentar una empresa son básicamente dos: la distancia y el idioma”, dijo.
A pesar del libre flujo mercantil que China tiene con otros países, agregó, sigue habiendo restricciones sobre la reproducción de símbolos de otras naciones o de productos cuyo derechos de autor están protegidos. “No es un tema exclusivo de México, sino de varios países, contra China; se ha pedido mayor protección a lo que se llama derechos de autor o de propiedad, es algo multilateral y, a nivel global, se han dado varias quejas dentro de la OMC en los que se han expuestos los casos de propiedad elemental”, afirmó Flores. (Retomado del periódico Excélsior)
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