Angel Mario Ksheratto
El Dr. Gómez Maza
Muy pocos hombres en la historia contemporánea de Chiapas han sabido ocupar su lugar, en el momento y lugar justos; éste fue el doctor Gilberto Gómez Maza, quizá, el último de los políticos de izquierda que no claudicó ante las mieles del poder, aunque lo buscó, no con afanes de enriquecerse a costa del pueblo como muchos otros han hecho, sino para poner en práctica el caudal de buenas obras que, desde su modesto consultorio de médico pediatra, echó a andar a riesgo de vivir siempre en la medianía económica con que sin embargo, forjó una familia ejemplar.
Fue hombre de palabra completa hasta el día de su muerte, una partida dolorosa para los chiapanecos que, como él, soñaron un estado distinto, un estado en el que se respetasen los derechos de cada quién. Al doctor Gómez Maza, le recuerdo en las intensas conversaciones con las organizaciones sociales y campesinas durante los días tormentosos tras las escaramuzas del EZLN con el Ejército Federal. Pese a su ideología de izquierda, desde el primer momento se pronunció por una salida pacífica al conflicto y fue uno de los principales promotores del diálogo con las agrupaciones indígenas que entonces, corrían el riesgo de ser seducidas por el grupo armado que se había apoderado de varias poblaciones.
“Si el Gobierno Federal no atiende en éste momento las exigencias primarias de los campesinos e indígenas, vamos a tener en unos días, una revuelta social sin precedentes y lo peor, una revolución sin dirigentes con objetivos claros”, nos dijo a algunos periodistas en un hotel de San Cristóbal de las Casas. Su visión de la lucha social, pese a la premura, a la larga resultaría en una profecía. El EZLN abandonó la esencia de su lucha, abandonó a su suerte a los milicianos y la lucha entre comunidades (como hasta hoy lo estamos viendo) se tornó crónica, casi incurable.
De ese tamaño fue la capacidad del doctor Gilberto Gómez Maza para absorber la realidad de un estado que, como dijo muchas veces, no requería armas para su encuentro con el desarrollo, sino voluntades e inteligencia; diálogo y comprensión. Siempre tuvo razón.
Hace algunos años, cuando el PRD se perdió en las ambiciones de algunos oligarcas y niñatos recién destetados, Gómez Maza no dudó en denunciarlos públicamente y deslindarse de ése partido que para entonces, se había convertido en el drenaje por donde transitaban personajes que antes, habían sido persecutores implacables de la oposición. Su congruencia le costó el aislamiento aún de los pocos izquierdistas auténticos que quedaban en el PRD. Algunos de éstos se conformaron con puestos públicos de baja estopa y otros, sencillamente, guardaron silencio o de plano, ignoraron al doctor.
A su muerte le sobrevive un amplio legado de ideales que ojalá, no se pierdan en lamentos hipócritas de quienes ayer le dieron la espalda a la izquierda que con decoro y dignidad, arrojo y valentía representó el doctor Gilberto Gómez Maza.
El doctor fue hombre de lucha sin cuartel contra la pésima política de salud pública en Chiapas; como aporte a su mejoramiento, escribió ríos de tinta que fueron desoídos por las autoridades en turno, pese a la constancia de sus razonamientos. Probablemente si desde que inició su lucha por que los chiapanecos tuviesen una salud digna, hubiera habido un gobernante que le escuchara, hoy tendríamos adelantos sustanciales en esa materia. Otro prominente médico chiapaneco (ya fallecido también), el doctor Enrique Esquinca Méndez, resumió alguna vez la razón por la que los planes de Gómez Maza no eran aceptados por el gobierno: “Su problema es que es de la oposición”.
Y en esa oposición murió, como uno de los grandes, uno que supo deslindar su ideología de las necesidades de los demás, los más necesitados. Para el doctor Gilberto, no hubo panista ni priísta, católico o evangélico; todos fueron sus pacientes, pero también sus amigos y hermanos. Esa es la razón por la que su ausencia es dolorosa, porque su partida conmueve. Los de la izquierda moderna quizá no lo asimilen hoy ni nunca porque no supieron apreciar el talento o sencillamente, porque ni siquiera saben qué es la izquierda y cómo la representó el doctor Gilberto Gómez Maza.
Tarjetero
*** En el tema de la violencia que azota al país, la urgencia es que el Estado Mexicano, garantice la seguridad de los civiles que nada tienen que ver ni con el crimen organizado, ni con las fuerzas oficiales. Es obligación institucional. Esto, porque hasta hoy, las autoridades solo recomiendan no salir a la calle y en el peor de los casos, tirarse al suelo cuando por desgracia, se encuentren en medio de una refriega entre los actores de la violencia. Con protocolos de seguridad de esa envergadura, no necesitamos tener autoridades “competentes”. Así de sencillo. *** ¿Se acuerda de Sarah Palín? Sí, la exgobernadora de Alaska que compitió en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Pues ayer declaró que el presidente Barak Obama, “no tiene cojones” para lidiar con el tema migratorio. Como que las damas están perdiendo el glamour y se están desatando la lengua. *** Por fin, ayer se inauguró el mercado central de Tuxtla Gutiérrez. Queda el parque despejado, lo cual es un alivio pues la hediondez en pleno centro de la ciudad, va a segundo plano. *** Neptalí del Toro, el famoso “Torito” de Tapachula, podría regresar a su curul en breve. Todo dependerá de lo que el Tribunal Electoral resuelva sobre la elección dudosa en aquella ciudad. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
Ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
El Dr. Gómez Maza
Muy pocos hombres en la historia contemporánea de Chiapas han sabido ocupar su lugar, en el momento y lugar justos; éste fue el doctor Gilberto Gómez Maza, quizá, el último de los políticos de izquierda que no claudicó ante las mieles del poder, aunque lo buscó, no con afanes de enriquecerse a costa del pueblo como muchos otros han hecho, sino para poner en práctica el caudal de buenas obras que, desde su modesto consultorio de médico pediatra, echó a andar a riesgo de vivir siempre en la medianía económica con que sin embargo, forjó una familia ejemplar.
Fue hombre de palabra completa hasta el día de su muerte, una partida dolorosa para los chiapanecos que, como él, soñaron un estado distinto, un estado en el que se respetasen los derechos de cada quién. Al doctor Gómez Maza, le recuerdo en las intensas conversaciones con las organizaciones sociales y campesinas durante los días tormentosos tras las escaramuzas del EZLN con el Ejército Federal. Pese a su ideología de izquierda, desde el primer momento se pronunció por una salida pacífica al conflicto y fue uno de los principales promotores del diálogo con las agrupaciones indígenas que entonces, corrían el riesgo de ser seducidas por el grupo armado que se había apoderado de varias poblaciones.
“Si el Gobierno Federal no atiende en éste momento las exigencias primarias de los campesinos e indígenas, vamos a tener en unos días, una revuelta social sin precedentes y lo peor, una revolución sin dirigentes con objetivos claros”, nos dijo a algunos periodistas en un hotel de San Cristóbal de las Casas. Su visión de la lucha social, pese a la premura, a la larga resultaría en una profecía. El EZLN abandonó la esencia de su lucha, abandonó a su suerte a los milicianos y la lucha entre comunidades (como hasta hoy lo estamos viendo) se tornó crónica, casi incurable.
De ese tamaño fue la capacidad del doctor Gilberto Gómez Maza para absorber la realidad de un estado que, como dijo muchas veces, no requería armas para su encuentro con el desarrollo, sino voluntades e inteligencia; diálogo y comprensión. Siempre tuvo razón.
Hace algunos años, cuando el PRD se perdió en las ambiciones de algunos oligarcas y niñatos recién destetados, Gómez Maza no dudó en denunciarlos públicamente y deslindarse de ése partido que para entonces, se había convertido en el drenaje por donde transitaban personajes que antes, habían sido persecutores implacables de la oposición. Su congruencia le costó el aislamiento aún de los pocos izquierdistas auténticos que quedaban en el PRD. Algunos de éstos se conformaron con puestos públicos de baja estopa y otros, sencillamente, guardaron silencio o de plano, ignoraron al doctor.
A su muerte le sobrevive un amplio legado de ideales que ojalá, no se pierdan en lamentos hipócritas de quienes ayer le dieron la espalda a la izquierda que con decoro y dignidad, arrojo y valentía representó el doctor Gilberto Gómez Maza.
El doctor fue hombre de lucha sin cuartel contra la pésima política de salud pública en Chiapas; como aporte a su mejoramiento, escribió ríos de tinta que fueron desoídos por las autoridades en turno, pese a la constancia de sus razonamientos. Probablemente si desde que inició su lucha por que los chiapanecos tuviesen una salud digna, hubiera habido un gobernante que le escuchara, hoy tendríamos adelantos sustanciales en esa materia. Otro prominente médico chiapaneco (ya fallecido también), el doctor Enrique Esquinca Méndez, resumió alguna vez la razón por la que los planes de Gómez Maza no eran aceptados por el gobierno: “Su problema es que es de la oposición”.
Y en esa oposición murió, como uno de los grandes, uno que supo deslindar su ideología de las necesidades de los demás, los más necesitados. Para el doctor Gilberto, no hubo panista ni priísta, católico o evangélico; todos fueron sus pacientes, pero también sus amigos y hermanos. Esa es la razón por la que su ausencia es dolorosa, porque su partida conmueve. Los de la izquierda moderna quizá no lo asimilen hoy ni nunca porque no supieron apreciar el talento o sencillamente, porque ni siquiera saben qué es la izquierda y cómo la representó el doctor Gilberto Gómez Maza.
Tarjetero
*** En el tema de la violencia que azota al país, la urgencia es que el Estado Mexicano, garantice la seguridad de los civiles que nada tienen que ver ni con el crimen organizado, ni con las fuerzas oficiales. Es obligación institucional. Esto, porque hasta hoy, las autoridades solo recomiendan no salir a la calle y en el peor de los casos, tirarse al suelo cuando por desgracia, se encuentren en medio de una refriega entre los actores de la violencia. Con protocolos de seguridad de esa envergadura, no necesitamos tener autoridades “competentes”. Así de sencillo. *** ¿Se acuerda de Sarah Palín? Sí, la exgobernadora de Alaska que compitió en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Pues ayer declaró que el presidente Barak Obama, “no tiene cojones” para lidiar con el tema migratorio. Como que las damas están perdiendo el glamour y se están desatando la lengua. *** Por fin, ayer se inauguró el mercado central de Tuxtla Gutiérrez. Queda el parque despejado, lo cual es un alivio pues la hediondez en pleno centro de la ciudad, va a segundo plano. *** Neptalí del Toro, el famoso “Torito” de Tapachula, podría regresar a su curul en breve. Todo dependerá de lo que el Tribunal Electoral resuelva sobre la elección dudosa en aquella ciudad. *** Luego nos leemos.
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