

El tan popular locutor del siglo pasado, el Dr. Iku, hizo también famosa a esta ciudad y a su parque, tanto que lanzó aquella pregunta: “¿En qué parte había una figura grande de flores de argentina de un torero?”.
La respuesta de los radioescuchas era de una plaza conocidísima en Madrid, España, pero nunca lograron adivinar que se trataba de un lugar de Chiapas.
De la misma forma, se sorprendió el ya fallecido conductor de televisión y creador de estrellas, recordado por la frase de “aún hay más”, Don Raúl Velasco, sobre todo al haberse asustado con una figura de cuerpo-espín, durante una visita a Huixtla.
No era para menos, pues nuestro parque central Francisco I. Madero contaba con grandes y bien formadas figuras de argentina, lo cual no conservaron las autoridades municipales que han pasado, mucho menos se han preocupado por recuperarlo.
La Flor de Argentina, conforme a un reportaje de la UNICACH, es una planta nativa de la India. En sí, son arbustos tropicales siempre verdes de vistosas inflorescencias, aunque el color depende de la variedad, por eso aparecen rojas, anaranjadas, rosas, amarillas, blancas y salmón.
Entre los nombres comunes están aquellas como “Flama del bosque”, “Cruz de Malta”, “Geranio de la Jungla”, pero en esta región de El Soconusco se conoce como “Argentina”, pues también es una planta que se cultiva en la ciudad de Corrientes en aquel país.
Este ornamento en Huixtla, fue tratado por Don Octavio Reyes, quien por años prácticamente esculpió las que fueron hermosas figuras como “El Águila sobre el Nopal”, y el nombre de este lugar, entre otras más.
Y se dice que con las argentinas que se arreglaron para formar el nombre de Huixtla, Don Gilberto Amores Salinas se inspiró para escribir una de las estrofas de la música de esta ciudad.
Se trata de aquella que dice: “Huixtla es un vergel, de fragancias mil, y de encanto sin igual, y entre flores de argentina, tu nombre está”.
Un día, Don Efraín Escobar, conocido fotógrafo de aquel tiempo, tuvo un acercamiento con un político que gobernaba a este lugar y le dijo: “Sí te interesa, tómale las fotos que quieras al parque, porque hemos decidido para el día de mañana derrumbar toda la Argentina”.
No le dio crédito a la advertencia, pero su sorpresa fue que al día siguiente ya no había nada de aquellas figuras, solo un panorama desolador y triste.
Todavía se ven algunos vestigios de las figuras que posaban en la plaza principal de la ciudad de la piedra, que se resisten a su extinción.
Muchas promesas se han escuchado de los políticos, menos recuperar lo que en el pasado nos embelleció como un lugar místico.
A la par, la arquitectura del parque central que fue uno de los más hermosos y admirados en la región.
Conforme a la información publicada por Aristeo Marroquín Escobar, la plaza fue iniciativa del señor Francisco Andrade durante su gestión administrativa por allá en los años de 1900.
El colibrí también fue descuidado a pesar de que la palabra Huixtla también es el nombre de esta ave, pero en náhuatl.
Particularmente de la espina y la piedra, también este pájaro es uno de los distintivos de nuestra ciudad. En sí, es muy llamativa, por el brillo de su plumaje, por su diminuto tamaño, por la velocidad de sus aleteos --80 por segundo--, o por las propiedades mágicas que se le atribuyen.
La palabra colibrí está relacionada también con la de Huixtla en su origen, aunque hay un debate de que las primeras vocales en ambas difieren y por ello modifican su significado de “espina” a “colibrí”.
El poeta huixtleco, Roberto López Moreno, relaciona a la pequeña ave con la ciudad de la piedra, refiriendo que “Huixtla quiere decir lugar de espinas. Sí, pero de las espinas que vuelan…”.
De esta forma, hay quienes dicen que particularmente de la piedra, el colibrí podría ser el ave representativa de este lugar, pues conforme a los antepasados, también existió en abundancia y que con su canto alegraban.
Así también, otras aves que se dejaban ver por parvada en la Avenida Central, quienes descansaban todo el día en el cableado de luz, que no paraban de trinar y que resultaba un atractivo para los visitantes.
Hay quienes acusan que el Dragón Chino mató a la mayoría y los ahuyentó, y otros de que las autoridades municipales de aquel entonces se encargaron de exterminarlas por las noches, cansados del estiércol que dejaban en las calles, sobre los carros y en los edificios cercanos.
Además de otros distintivos como “La Flor de Argentina”, se encuentra aquellos que igual nos han dado identidad como la marimba, el templo a San Francisco de Asís y la antigua Estación del Ferrocarril, y todas han sido descuidadas.
Las administraciones municipales que han pasado se han enfocado en pavimentar las calles de la cabecera municipal y las comunidades, pero no se han preocupado por el embellecimiento de Huixtla que ya tiene 32 años de ser ciudad.
En sí, no hay una política pública del Gobierno Municipal para recuperar nuestra historia y lo que hizo que nuestro lugar se ubicara en escenarios tanto estatal, nacional y hasta internacional.
A finales del Siglo pasado, el famoso programa mundial Primer Impacto, realizó un reportaje especial sobre la piedra de Huixtla, que según es de las pocas que se encuentran enclavadas en La Sierra en todo el planeta, pero hasta la fecha no se ha gestionado una carretera para que llegue a ese monumento histórico, mucho menos se ha diseñado un proyecto turístico.
En esta ocasión, presentamos 2 fotografías proporcionadas por Valente Molina, autor del libro “Por los rieles de Chiapas”. En la primera, sobre el parque central, cuando aún se apreciaba “Las Flores de Argentina”, y la otra, de la Avenida Central. (Investigaciones Especiales/Zona Costa)
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