
“Huixtla, antes era puro alambrado. No había casas. No habían cosas buenas”, expone Carlos Ortíz Morales, mejor conocido como “La Borrega”.

Sin embargo, en esos tiempos no se hablaba de inseguridad, como ahora que en pleno centro los ciudadanos y los visitantes son sorprendidos por la delincuencia.
En esta ocasión realizamos una entrevista con este personaje que se ganó la confianza del entonces político, quien fuera alcalde de esta ciudad y Senador suplente, Jaime Fernández Armendáriz.
Perteneciente al mismo lugar en donde nació el maestro Alberto C. Culebro --uno de los primeros antropólogos que tuvo Chiapas--, Comitán, llega aquí en 1922 por azares del destino.
Y encontró a la ahora ciudad de la piedra empotrada e iluminada, como si se tratara de San Cristóbal de las Casas en los día que venden sus tradicionales tamales, por “puros farolitos, en cada esquina. No había focos. En la central, en donde decía: Bienvenido a Huixtla. Ahí estaban los farolitos. Porque era muy poca la luz”.
La energía era generada por una planta que se encontraba en la comunidad Rosita, en donde los ríos Negro y Vado Ancho la alimentaban.
“El comercio, era muy poco. Aquí, nada más había 2 tiendas que eran de Antonio Gus y Vicente Ley. Que te regalan un poco de dulce como pilón”, recuerda.
El primer mercado se encontraba en donde hoy se ubica el famoso restaurante de comida china de la ciudad de la piedra, Long Gua. Y la primera pavimentación fue en las calles que rodean el parque Central Francisco I. Madero, en los años de 1930, cuando aún gobernaba el Partido Revolucionario Institucional a Huixtla.
El cine, asegura “La Borrega”, empezó con películas mudas, que se encontraba frente a las ahora instalaciones de la Nissan.
Un periódico, de nombre “La Prensa”, llegaba a Huixtla a través del ferrocarril.
El agua potable, antes pagaban un permiso y no una cuota como en la actualidad, mientras la introducción de las carreteras comenzó en 1940, pues el tren nada más ofrecía 4 corridas; 2 hacia el Norte y 2 hacía el Sur.
Incluso, la prosperidad del Huixtla antiguo llevó a que se instalaran 2 empresas de gaseosas, las cuales representaban la prosperidad al generar empleos directos e indirectos, pero desaparecieron.
Quizá esta estabilidad económica, llevaba a que los huixtlecos tomaran decisiones acertadas en la política.
“Cuando antes se elegía al presidente municipal, se ponían de lado a lado del parque. Ahí está toda la gente, de aquí y de las fincas.
Ya llegaba la hora de la votación, y el que sacó 5, 10 o 2 votos más, ese era el presidente. Y no había nada de problemas. La gente ya se había acostumbrado así”, asegura Ortíz Morales.
Sin embargo, los entonces gobernantes de este lugar, comenzaron a cometer errores que no les gustó a los ciudadanos y por lo cual, cambiaron de partido en el poder municipal, sin sobresaltos; es decir, en una transición tranquila.
Pero, de aquellos tiempos, queda muy poco. Incluso, en la actualidad representa un peligro caminar por las calles, o estar en casa, por la inseguridad prevaleciente.
“No había de que se robaran el dinero. Eso ya se empezó a dar en 1930 que ya empezaron a entrar a las casas”.
Incluso, cuenta una anécdota: “Aquí --en su casa--, como era alambrado, quisieron entrar a robar. Y como en esas horas vine y me dijo mi señora, Carlos, ten cuidado, porque ahí están unos hombres escondidos. Yo salí, como estaba joven, con un machete y pelaron gallo”.
Esto, porque antes no existía la Seguridad Pública Municipal, sino policías que andaban a pie.
La Historia de “La Borrega”
Carlos Ortíz Morales, es considerado uno de los maestros de marimba en Huixtla.
“Yo empecé a ser marimbista, porque me gustaba mucho. Yo tocaba con los Damianes. Ahí me hice marimbista”, explica.
Incluso, conoció al maestro Corazón Borraz, quien salió de Venustiano Carranza para radicar acá y enseñar sus conocimientos sobre las maderas que cantan.
“Yo conocí al maestro, porque él hacía las marimbas cuando le puso los demoles. Aquí murió el maestro. Nosotros amanecimos en el velorio jugando naipes para el entierro”, reconoce “La Borrega”.
Y Don Corazón Borraz, tuvo un desenlace lamentable: “Lo mató un caballo que lo pasó a traer cuando venía caminando. Fue duro”, indica.
Ortíz Morales, era el músico predilecto del entonces político y ex alcalde de Huixtla, Jaime Fernández Armendáriz, para que le amenizara sus fiestas en su domicilio, que lo llevó a tener mucha confianza con este político.
“Con él, iba a tocar mucho. Porque le gustaba el sonido del safoxón. Y como habemos muchos instrumentistas que no le damos ambiente. Tocar por tocar. El instrumento quiere gracia, fineza para que sople. Porque no depende del instrumento, sino de la embocadura.
Y eso era lo que le gustaba al político, porque no había quien tocara el safoxón como yo, ni hay hasta la fecha”, expresa.
Por eso, les manda un mensaje a los actuales ejecutores de las maderas que cantan: “Pues, ahorita las marimbas de Huixtla están muy distanciadas. Porque no tienen vocación… Por falta de estudio, que no ponen nada de su parte. Nomás quieren trabajar y sin estudio. Por eso que aquí ha caído mucho la marimba”.
En esta ocasión, presentamos 2 fotos: La primera, sobre el Mercado Miguel Hidalgo, y la otra, del popular personaje “La Borrega”. (Investigaciones Especiales/Zona Costa)
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