Historia

Los elefantes blancos de Huixtla

“La esperanza de cientos de familias de la región Soconusco”, representaba para el entonces Presidente Vicente Fox la inauguración del Rastro Frigorífico y de la Textilera en esta ciudad, en el 2003.
Sin embargo, la primera ya había sido rescatada en otras ocasiones por el Gobierno y la ultima, funcionaba en la desaparecida empresa Tabacos Mexicanos.
En esta ocasión, dentro de la Historia de Huixtla, presentamos los “elefantes blancos”, que han recibido varios Millones de Pesos como inversión y que al final ha pagado los ciudadanos.
El 28 de Febrero del 2003, Fox a su forma inauguró 2 empresas que iban a generar casi 3 mil empleos.
Conforme a un boletín oficial, la empresa fue llamada Rastro Frigorífico de Chiapas, a la cual le inyectaron 2 Millones, 600 Mil Pesos y que beneficiaría al sector ganadero de los 16 municipios de esta región.
En esto, participaron productores, inversionistas, instituciones federales, estatales y financieras, pues estaba planeado que sería un rastro tipo inspección federal (TIF).
El proyecto se perfila hacia un programa económico integral, al incluir la producción de soya, sorgo, maíz, aunado al desarrollo del hato ganadero y de la producción de lácteos, conforme a los entonces secretarios de Economía, Antonio D’amiano y de Desarrollo Rural, Rubén Velásquez.
Las instalaciones, que se ubican en las afueras de Huixtla, tienen una capacidad para 400 cabezas, con sacrificio de un número igual, contando además con una sala de corte con refrigeración y comercialización.
Pero, desde entonces, hace 4 años precisamente, no ha funcionado. El lugar, es vigilado las 24 horas del día por veladores.
Anteriormente, cuando el rastro pertenecía al empresario y político Jaime Fernández Armendáriz, recibió del Gobierno Federal una primera inversión, pero de la misma forma, no llegó a funcionar.
A su muerte, todo quedó en manos de su viuda, Doña Guadalupe de Armendáriz, pero se desconoce si aún esta en su poder, pues las radiodifusoras de la cadena Organización Radiofónica de México que tenía bajo su control fueron traspasadas al Grupo Radio-Rama y se menciona que también vendió el resto de sus propiedades.
Pero, también en esa fecha, Fox cortó el listón de la empresa “Textiles de Huixtla”, en la que también se invirtieron 130 Millones de Pesos, pues iba a generar 2 mil 500 empleos directos.
“Como gobierno federal nos hemos dado cuenta de las diferencias sustantivas en los grados de desarrollo de los estados del Norte y los del Sur, de las carencias de oportunidades que prevalecieron por mucho tiempo y las grandes necesidades de infraestructura”, reconoció el entonces mandatario nacional, pero los hechos demostraron lo contrario.
En sí, era Trans-Textil International (TTI), y la historia ya es conocía por todos. El dueño, identificado por sus iniciales KN, que están grabadas en bajo relieve en la fachada de la planta, de un metro de altura, se llamada José Kamel Nacif Borge, mexicano de origen libanés, el poderoso y acaudalado “rey de la mezclilla”.
Nacif tiene un imperio textil en México, Estados Unidos y Hong Kong. Y las maquiladoras en San Cristóbal y Huixtla, son una pieza relativamente pequeña en todo su complejo industrial, conocido como el Tarrant Apparel Group (TAG).
Para que una planta como la de TTI se instalara, los Gobiernos Federal, Estatal y Municipal le otorgan “incentivos”; es decir, transfieren dinero de nuestros impuestos hacia las empresas, o se abstuvieron de cobrar montos que normalmente obtendrían.
Los trabajadores de estas maquiladoras son en un 60 por ciento mujeres y la edad promedio es de 22 años. La mayoría tiene niños a su cargo. Los empleados reciben el salario mínimo, aproximadamente 40.30 pesos por día.
Oficialmente se trabajan 45 horas a la semana, repartidas en 5 días, más 2 Domingos al mes que son llamados “días de empacamiento”, sin contar con todos los derechos laborales.
Al abrir TTI sus puertas, fabricaba suéteres de exportación, pero después confeccionaban piezas de camisetas de plantas afiliadas en Puebla y Tlaxcala. Los trabajadores de TTI cocían las partes para armar la playera completa, a razón de 200 mil playeras por mes, meta que supuestamente iba a crecer a un millón después de 3 años, lo cual nunca se dio.
Las playeras van en un 95 por ciento al mercado estadounidense y son vendidas por los grandes almacenes minoristas como Sears, Target, Wal Mart, J.C. Penny. Las playeras portan marcas “de prestigio” que están de moda en el mercado de Estados Unidos, como Tommy Hilfiger, casa con la que TTI tiene importantes contratos.
En sí, un gran negocio, que contrastaba con las condiciones en que trabajaban las obreras. Esto, comenzó a provocar en Huixtla huelgas que llevaba a parar la producción y a las amenazas de los representantes a que sería cerrada la empresa.
Después, se dieron a conocer deudas como a la Comisión Federal de Electricidad por varios miles de pesos, entre otros. Y después del escándalo que se evidenció sobre el “rey de la mezclilla” en contra de la periodista Lidya Cacho, las instalaciones fueron utilizadas por el Gobierno como albergue para los damnificados por Stan.
Conforme a una publicación de La Jornada, “varios millones de dólares (50) en deudas bancarias contratadas por este empresario dedicado a la industria textil, que extiende sus intereses en México, Estados Unidos y Hong Kong, están siendo pagados por los contribuyentes mexicanos luego de que fueron a parar, durante el gobierno del ex presidente Ernesto Zedillo, al hoy extinto Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa)”.
También ha habido otras empresas en Huixtla que se fueron a la quiebra y que quedaron de la misma forma como “elefantes blancos”. Tabacos Mexicanos, la aceitera y la arrocera.
En esta ocasión, presentamos las gráficas de las instalaciones del rastro y la textilera. (Investigaciones Especiales/Zona Costa)