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martes, 6 de mayo de 2008

Historia

El paso del Ferrocarril

Primera Parte
Alguna vez alguien decía que los costeños envidiamos mucho a las ciudades importantes del Estado como Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal, por el progreso que tienen, pero que no contaban con algo tan maravilloso como el ferrocarril, este transporte que llevó a la modernidad a los pueblos de esta región, pero que ahora se encuentra en decadencia.
Para que esta bestia de fierro entrara, se dieron muchos movimientos que envolvió a varios personajes políticos y económicos para lograr que el entonces Gobierno Porfirista volteara los ojos a esta región, que se encontraba anclada por la inoperatividad de los puertos de Tonalá y Tapachula, ahora ya rescatados por las autoridades de la Federación y Estatal y por lo mal que se encontraban sus caminos de terrecerías.
De entrada, el Panamericano dio a Huixtla la oportunidad de recuperarse económicamente y a la vez de su categoría de pueblo y cabecera municipal, pues fue degradada a aldea, dependiente de Tuzantán desde 1858, y así a todos los municipios de La Costa al comunicarse desde el Atlántico hasta el Pacífico.
Conforme a los datos recabados por Don Guillermo Soto y Paz, entonces cronista de la ciudad, desde la fundación del ferrocarril, en 1908, resultó ser la salida más rápida y moderna para transportar al pasaje a la capital del país, así como de trasladar las cargas de los productos de la región, que la llevo a tener una influencia política por su ruta desde el Puerto de Veracruz hasta Suchiate, ya con la frontera con Guatemala.
Incluso, representó un gran auge turístico al ingresar los visitantes procedentes de Centroamérica y hasta de países de Sudamérica como Venezuela y Colombia, lo cual hizo que el único carro dormitorio, uno de primera y el otro de segunda, se le agregara otro, además de que contaba con carro express que servia para la correspondencia y la paquetería y otro carro que utilizaba la partida militar. Así funcionó durante muchos años este transportea, hasta que fue abandonado.
Para el autor del libro “Por los rieles de Chiapas”, Valente Molina --quien nos contactó vía Internet y nos hizo llegar un ejemplar--, plasma que “cuando los rieles se tendieron en Chiapas y el silbido de las locomotoras invadió la costera, esta porción del sureste mexicano tenía un amplio sistema de caminos regionales”.
Explica que en aquel entonces todo se manejaba por mulas que atravesaban por semanas montañas y rutas tradicionales que era la herencia que dejaron los primeros pobladores prehispánicos hasta la época colonial y que era la única para la actividad comercial.
En sí, era una carencia de vías de comunicación, hasta que comenzaron los levantamientos que tiraron el régimen colonial, aunque después se inicio una construcción muy lenta del nuevo Chiapas, pues los sectores que formaban la naciente económica del estado en el Siglo XIX se dirigían al Istmo, los ríos centrales, Guatemala y Tabasco.
Desde 1824, cuando Chiapas se anexó a México, no hubo avances en este aspecto y los gobernadores se toparon con intereses de grupos liberales y conservadores que frenaron los proyectos de caminos de herradura como el de San Cristóbal-Teapa y San Cristóbal-Tapachula, vía Motozintla.
Fue hasta el decreto del Presidente Benito Juárez de fecha 24 de Abril de 1861 durante el periodo del mandatario estatal Angel Albino Corzo, para habilitar el puerto del entonces departamento de Tonalá mejor conocido como “La Puerta”, y ahí se diera la entrada al comercio de altura, estableciendose una aduana marítima, y el Puerto de San Benito en el entonces departamento de El Soconusco, decretado también un 24 de Abril, pero de 1864.
De esta forma, aparecieron los primeros buques que contribuyeron a la fluidez de la transportación de productos y personas, lo cual contrarrestaba con la condición terrestre que eran deplorables y que no permitian el tránsito de los carruajes, a excepción de algunos caminos que llevaban a Tuxtla y Comitán, por lo cual fueron considerados como veredas para el paso de los animales.
En esta epoca, en el plano nacional, precisamente en 1873 se abre la primera ruta ferroviaria de Veracruz a México, pero Chiapas se encontraba fuera de estos planes pues la Secretaría de Fomento Nacional en 1877 dictaminó que “para ejecutar las obras camineras en México habia que entablar una lucha entre el hombre y la naturaleza”, y nuestro estado se encontraba excluido de las zonas comerciales del Norte y desatendido por la Federación.
Mientras el Gobierno de Sebastian Escobar avanzó en algunos caminos, sobre todo de herradura, el mito del tren solo se conocía por relatos de viajeros que narraban el privilegio de transportarse cómodamente.
Para 1880, el Gobernador Miguel Utrilla Trujillo publicó el Reglamento de Policía y Buen Gobierno, en el cual en su capítulo 8 ordenaba a los ayuntamientos y jueces rurales cuidar que los habitantes desmontaran y repararan los caminos, reconstruyendo puentes públicos de su jurisdicción, antes y después de la estación de lluvias, lo que no fue acatado.
Por lo cual le hicieron la modificación de que todo varón de 10 a 60 años estaba obligado a prestar, por sí o por medio de otro individuo, el servicio de 4 días y si faltaba, era multado con el jornal equivalente que se invertia para la misma actividad.
Quizá por eso Don José María Paz en su carácter de primera autoridad de Huixtla, enérgica y categóricamente ordenó que se derribaran los árboles con todo y dueños, “porque el progreso de este lugar no debe de detenerse”, al haber estado el pueblo con un amontamiento de chozas y sin trazar las calles.
En ese mismo año, el Ministro de Fomento empujó la colonización para las entidades, soportada en la introducción de las vías férreas, en tanto la vecina región istmeña de Oaxaca realizaba esfuerzos para la introducción de este transporte, pero en 1886 el entonces mandatario chiapaneco José María Ramírez logró una concesión para introducir rieles a los que llamaba “las sendas del progreso”, pues tenía planes de unir la ex capital San Cristóbal con el centro del país.
Fue hasta mediados de 1881 cuando se empezó a tener noticias en Chiapas del Ferrocarril Mexicano Meridional que en inglés era Mexicam Southern Railroad, cuyo proyecto fue coordinado por el político oaxaqueño, Matías Romero, personaje relacionado con Benito Juárez y Porfirio Díaz.
En esta ocasión, les presentamos una fotografía de la Estación del Ferrocarril, que nos prestó Valente Molina, cuando se encontraba funcional, ahora ya descuidada por las autoridades municipales. (Investigaciones Especiales/Zona Costa)

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