Exal
Baltazar Juan Ávila
Banquetas,
¡pa`despedir el año de Hidalgo!
Verde.
A principios del 2011 fue anunciado con bombos y platillos el inicio del
programa llamado “calles para siempre” el cual se llevaría a cabo en cuatro
etapas, que incluía el boulevard Akishino lala primera de ellas con una
inversión inicial de más de 50 millones de pesos que incluía de la 4ª Norte,
entre 13ª hasta la Central Poniente, así como la 6ª Avenida Sur entre 8ª y
Central Poniente, calculándose que la inversión destinada para dichas obras
cumplirían, utilizando los materiales adecuados y cumpliendo con las
especificaciones y normas oficiales vigentes para tal fin, una vida útil de 50
años.
El
proyecto fue ejecutado vía Ayuntamiento por lo que no hubo licitación alguna,
que de acuerdo a Ley debió de haberse llevado a cabo, sin embargo el objetivo
de hacer mas calles con el mismo dinero justificaba la acción, contratando
personal para cubrir tres turnos al día, avanzando de tal manera en menos
tiempo.
Poco
a poco vimos como, algunas céntricas calles de Tapachula eran cerradas al
tráfico vehicular, de tal manera que permitiera el trabajo maquinas-hombres; el
boulevard Akishino, también el arranque de “Calles Para Siempre” en las
colonias Procasa, Palmeiras, Pobres Unidos, Nuevo Milenio, Dos Islas, Ferrocarrilera,
Hermosa Provincia, Vida Mejor, Pintoresco, Jardines del Cahoacán, Los Pinos, La
Primavera, Democrática y otras más.
Los
discursos, los agradecimientos y la clásica frase de todos los lideres: “nadie
nos había escuchado…”, “nadie nos hacía caso…”, “habíamos estado abandonados
por todas las autoridades…” se escuchaban en cada banderazo de inicio de obra.
Se calculo que al concluir el 2011, en Tapachula se habrían hecho alrededor de
12 mil 500 obras en un solo año e invertido en ello cerca de los 500 millones
de pesos, la cifra más alta en la historia del municipio. También se informaba
que de las 270 calles construidas, para diciembre de ese año ya se llevaban
220.
Convencidos
de que nuestras calles no necesitarían más remiendos que desaparezcan con las
primeras lluvias, gracias a una mezcla de recursos del Fondo de Infraestructura
Social Municipal (FISM-CODECOM), evitando con ello los gastos constantes en
bacheo y otras reparaciones que se han acostumbrado por administraciones
anteriores.
Con
el programa de “calles para siempre” fueron tomados en cuenta la Comisión
Federal de Electricidad, Teléfonos de México y las compañías televisoras vía
cable, quienes tendrían que dejar preparados ductos subterráneos listos para
que en cualquier momento se pueda también cambiar las instalaciones aéreas por
las ocultas, tal y como está en el par vial.
Toda
una maravilla, por fin Tapachula tendría todo lo que merece. Presidentes de
organizaciones como: Asociación de Comerciantes y Propietarios de Bienes
Inmuebles de Tapachula (ACEPITAP), COPARMEX, COPAC, CANACO, entre otras,
reconocían “el favor” de por fin, habían sido escuchados y que Tapachula se
sumaría a la modernidad de toda una ciudad. Este había sido el mayor reclamo de
la ciudadanía en las últimas cinco administraciones pasadas.
Amarillo.
Mientras en Cacahoatan el Ayuntamiento que presidia Jesús Castillo Milla, no
cobraba “ni un centavo partido a la mitad” por el cambio de tubería de agua
potable, drenaje y alcantarillado, en Tapachula fueron grandes sumas de dinero
que en su mayoría tuvieron que pagar los habitantes so pena de quedarse sin
este servicio del cual tendrían que pagar posteriormente más de lo que en ese
momento COAPATAP les estaba cobrando.
En
Cacahoatan se concluían las calles, la introducción de drenaje, agua potable,
alcantarillado y se construían banquetas terminadas en rojo ladrillo.
Rojo.
La polémica no se hizo esperar, la voz del pueblo fue apagándose lentamente,
los reclamos llegaron a “un feliz arreglo” o algunos decidieron abandonar la lucha y pagar ante las
constantes amenazas de las que fueron objetos.
Se
dio a conocer que mientras las obras del municipio están siendo ejecutadas “por
administración”, aunque tengan costos millonarios como las “calles para
siempre”, empresas constructoras cerraban sus puertas, y otras emigraban a
otras regiones del estado o del país a buscar trabajo porque aquí no había.
Se
violaron Leyes y artículos tales como: la Ley de Obras Públicas del Estado en
su artículo 35; el artículo 36; el artículo 38, y otras más.
En
Tapachula también se construyeron las banquetas, sin ponerle el color. Hoy,
vemos como las banquetas están siendo nuevamente destruidas para construir unas
nuevas.
¿Cuánto
es el costo? ¿Quién o quienes se están beneficiando?
¡Viva
el año de Hidalgo!
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y comentarios: exalbja64@hotmail.com
Cel. 962 10 80 934
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