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sábado, 3 de octubre de 2009

Huixtla, a 4 años de Stan

Zona Costa, la versión impresa

Como han pasado los años. De aquel que es considerado el mayor desastre natural en toda la historia de Chiapas.
Y aunque los medios nacionales calificaron a Tapachula como el municipio más afectado de los 41 pueblos que tocó el meteoro, Huixtla fue arrasada desde la parte alta, la mitad de la cabecera municipal y concluyó con la inundación total de la zona baja.
Carros, puentes, viviendas y hasta personas --aunque el entonces Gobierno Federal y Estatal nunca reconocieron las cifras--, llevó a su paso la fuerte corriente que provenía de la Sierra y desembocó en estas tierras.
Aún quedan los vestigios en la prodigiosa “ciudad de la piedra”, prueba fehaciente de la desatención a un desastre de grandes magnitudes, pero sobre todo, la falta de responsabilidad para resarcir los daños, a pesar de millonarios recursos autorizados, de los cuales hasta la fecha no hay responsables.

Los pendientes
Recuperación de viviendas y desazolve del río Huixtla, son los temas que aún siguen vigentes a 4 años del azote del huracán Stan, en aquel octubre del 2005.
“Lo que nosotros pedimos, es que el Gobierno sea consciente con nosotros y nos tome en cuenta, pues sabemos que varias empresas nacionales aportaron dinero para las casas y no se ha visto”, decía en el 2006, Celedonia Salas, damnificada de la Colonia Buenos Aires, cerca del Río Cuba.
En ese año, la compañía de seguros GNP a través de la televisión dio a conocer su aportación para la recuperación de viviendas en Chiapas por Stan, pero el entonces Gobierno del Estado no informó de las contribuciones de la iniciativa privada.
En Huixtla se construyó un fraccionamiento que desde principio fue cuestionado por los sectores al ubicarse a tan solo 50 metros de la devastación del río. A pesar de las pugnas, se levantaron 566 casas, aunque con malos servicios de agua, drenaje y energía eléctrica.
Allí vive Celedonia, jefa de familia conformada por 10 personas, de las cuales 8 son sus hijos, pero no tienen el espacio suficiente.
La señora, nos permitió entrar a lo que es ahora su nuevo techo, que contrasta con todo el conjunto residencial, pues se las ingenió para parar 2 galeras y acomodarse. Adentro, no tiene ningún mueble, pues la mayoría de las llevó Stan. En ese reducido espacio, cuenta con sala-comedor, 3 recamaras y baños; difícilmente una cama entra.
Celedonia, asegura que donde se encontraba, su casa era de adobe, pero después de la tragedia, se tuvo que conformar con lo que le dieron, pues “no nos quedaba de otra”.
La queja mas recurrente en el fraccionamiento --que para variar se le bautizó Vida Mejor--, es que cada vez que llueve, se inundan.
Las huellas del agua se ven en las viviendas, en los patios y sobre todo en un lago atrás.
La constructora SADASI es la responsable de esta obra, pero nunca solventó el problema.
Mientras, el río sigue esperando la atención requerida para evitar futuras inundaciones, sobre todo en la zona baja.
En lugar de desazolve, desde julio la empresa Ocoroni realiza el reencauzamiento del afluente.
Para la Coalición de Barrios y Colonias de Huixtla, presidida por Agustín Cueto Hernández, no da mayor seguridad la acumulación del material sustraído de las márgenes y del cual se ha hecho una columna a la mitad.
Además, que desde ese mes, la organización acusaba de lentitud en los trabajos, que consiste en el reencauzamiento de 800 metros, desde el puente de material hasta el puente “Chiapas Solidario”.
“Cuando menos deberían de reencauzar en medio del río y así se protegerían las colonias, siempre y cuando no se de otro desastre como el de “Stan” en el 2005”, señaló Cueto Hernández.
“Ellos han empezado a trabajar, aunque dicen que no les han mandado el recurso. ¿Cómo para el IFE si hubo lana? Pero, para estos trabajos, nada”, criticó.
En Huixtla, aseguró el líder, tanto la empresa como la dependencia federal no están saqueando el afluente, pero sí 2 concesionarios.
“Se encuentran desde la poza El Cantil hasta el puente del Ferrocarril. No nos están ayudando. Ellos están saqueando. Cómo van a dar una concesión, cuando ese material pesado nos serviría. ¿Qué vamos a hacer? Que el Gobierno lo compre para evitar problemas”, expresó.
Así también, mostró su preocupación por la mala calidad del nuevo puente del Libramiento, que para su criterio, podría ser arrastrado ante posibles fuertes corrientes de la Sierra y a su paso desgajar el cerro ubicado atrás del Hospital Regional en esta ciudad y llegar al centro de Huixtla.
La peor parte es para las comunidades de la zona baja, como Altamira, que sufren de llenas con cada aguacero.
Este lugar, con las inundaciones por Stan, prácticamente desapareció. Por eso, aseguran los pobladores que seguirán pidiendo que se haga una real reforestación de la zona alta de la ciudad y un verdadero desazolve del río.
En tanto, viven en medio de las calamidades que padecen, con la esperanza de algún día solucionar sus problemas.

No hay responsabilidad
En sí, en cualquier temporada de lluvias, nos encontramos vulnerables de un desastre de las mismas proporciones que el huracán Stan, o de mayor magnitud.
Más cuando en la zona de desastre, desde la Sierra, Costa, Soconusco y Frontera con Guatemala, no se realizaron los trabajos para remover los escombros que quedaron.
Es un tema latente, que muy poca importancia han tomado los 41 alcaldes de estas regiones, pues todos utilizaron el caso como bandera política.
Quien mas se comprometió fue el entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional a la alcaldía de Huixtla, Porfirio Lugardo López, al utilizar como promesa de campaña el desazolve del río, que hasta la fecha no se ha realizado.
Sin embargo, un funcionario de la Comisión Nacional del Agua le explicó que se trata de una inversión millonaria, lo cual representaría el techo financiero anual del ayuntamiento.
La mentira dio como resultado que las comunidades de la parte baja decidieran por quien hoy es el alcalde.
Pero, más que un asunto político, debe de ser de seguridad, prioritario y trabajarse todos los años.
Este municipio cuenta con una población estimada que rebasa los 70 mil habitantes, en su mayoría asentados en comunidades.
Y a pesar de las malas condiciones de los caminos, sobre todo en la zona alta, los huixtlecos han creado otros medios para estar comunicados con la cabecera municipal, pero también están marcados por el desastre de hace 4 años, no solo natural, también político.

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