
México, DF. Septiembre 16.- Balance de la mitad del sexenio de Felipe Calderón. Economía. Dice Jesús Ortega: “Es un balance bastante malo. Y no es válido el recurso de decir que la crisis viene de fuera y que es inevitable. Sí hay elementos que son exógenos y que influyen, pero hay factores internos que no han podido resolver los panistas. El problema fundamental está en las decisiones internas de la economía.
Dice (Agustín) Carstens (secretario de Hacienda), igualito que lo decía (Francisco) Gil Díaz (ex secretario de Hacienda con Vicente Fox), o igualito que lo decía (Carlos) Salinas, o Pedro Aspe (ex secretario de Hacienda con Salinas), que no podemos gastar más de lo que tenemos. Es una visión ortodoxa, neoconservadora de la economía. Los organismos mundiales dicen que ahorita es permisible tener un déficit de 5 por ciento...
—¿Está equivocado el rumbo económico?
— Sí, y es por incapacidad. Yo les pondría el siguiente ejemplo: no tienes empleo, no tienes ingresos, no tienes ahorros y se te enferma un hijo, ¿qué haces? Te endeudas, buscas saldar la cuenta del hospital para salvar la vida de tu hijo. Bueno, pues el país está enfermo. Tiene muy pocos recursos, tiene algunos que no los quiere sacar el gobierno porque los tiene guardados en fideicomisos y en fondos, y peor, lo que tiene ni siquiera lo gasta en inversión, lo gasta en cosas inútiles, en gasto corriente, o no lo ejerce. Entonces: ¿se le va a morir el hijo o no?
—¿Se va a morir México en sus manos?
—Con esa política se nos está muriendo, se nos está agravando. Además hay un resultado desastroso en términos de empleo y de la caída del salario, ahí están las cifras oficiales. Estos señores son un fracaso. Los panistas son un fracaso, pero quien está conduciendo la economía no es un panista, es un priista que está identificado plenamente con sus maestros y con sus tutores —Salinas, Zedillo— y esa visión neoliberal que en 30 años no ha resuelto nada y ha llevado al país al desastre. Son dogmáticos. Piensan que un enfermo se cura haciéndole sangrías, poniéndole sanguijuelas. Son matasanos. Ya hay métodos modernos y diferentes para la economía. Todos los países están dejando ese modelo, hasta los inventores, los estadundienses, lo están dejando.
Balance en seguridad
—La guerra contra el crimen organizado fue una estrategia potelectoral de Calderón para legitimarse después de los comicios de 2006. Esa fue su apuesta. Y no ha dado resultados: no solamente no ha logrado la legitimidad que pretendía con esa campaña, sino que los resultados tangibles no son buenos.
—¿Es una guerra equivocada?
—Sí, desde luego que esta guerra hay que darla, y en este momento con el Ejército en las calles, pero se necesitan otras cosas más. Una, por ejemplo, generar empleo: hoy se alquila un joven por mucho más salario en las bandas de los traficantes que en una fábrica, si es que tiene empleo. El destino de muchos jóvenes es: “O me muero de hambre, o entro al crimen”. Y esto no es una figura retórica, es una realidad palpable en todas las entidades del país, en unas más y en otras menos, pero ahí está. Las cárceles esten llenas de jóvenes y 65 por ciento son menores de 30 años. Luego, las ejecuciones aumentan cada año, cada mes, como da cuenta el conteo de MILENIO. Y también hay un fracaso en eso de que “las drogas no lleguen a tus hijos”, que es el lema de Calderón. Es una realidad que ha crecido el número de niños narcodependientes, ha crecido el número de jóvenes que consumen droga, son datos oficiales. ¿Ha tenido éxito la estrategia de Calderón para evitar que la droga llegue a nuestros hijos? No…
—Para utilizar la imagen bélica, ¿esta es una guerra que se está perdiendo?
—Es una guerra que se está perdiendo, que está estancada, como en la Primera Guerra mundial, la guerra de las trincheras: se veían los alemanes con los franceses a 100 metros, se disparaban, pero las trincheras quedaban en el mismo lugar. De pronto avanzaban diez metros y de pronto retrocedían quince metros, pero ahí se quedaban, en las mismas trincheras. Hay que replantear la estrategia…
Balance en política
Jesús Ortega dice que el PAN llegó a la Presidencia con la bandera del cambio político y que no ha cumplido con eso:
—Tanto Fox como Calderón no asumieron el poder para hacer un cambio de régimen político, una transición, sino para representar sólo una alternancia. Hay muchos ejemplos, pero te voy a mencionar dos: uno, ¿cuál era uno de los temas fundamentales de los panistas en la oposición? Atacar al régimen corporativo sindicalista. Es una terrible paradoja: son aliados no solamente de Elba Esther sino del líder priista de los ferrocarrileros, el de Pemex y el de los obreros, Gamboa Pascoe. Esos son sus aliados…
Ortega hace una pausa mientras enciende un cigarrillo en su oficina. Luego pone un segundo ejemplo:
—El poder de los gobernadores: antes decíamos: “No se mueve una hoja de un árbol sin la voluntad del Presidente de la Republica”. Hoy en Veracruz no se mueve una hoja de un árbol si no es la voluntad de Fidel Herrera: controla los medios de comunicación, controla el Congreso, controla el Poder Judicial. Y lo mismo en Coahuila, Oaxaca y Puebla. Y no es un fenómeno de un personaje, es un fenómeno estructural de feudalismo, de caudillismo en su expresión regional. Estamos en peligro de regresar a los jefes políticos del porfirismo, o a los caudillos del callismo. De ese tamaño es la regresión que están provocando los panistas con los vacíos de poder por no hacer una reforma del Estado y conservar las mismas estructuras. Calderón está preservando el statu quo contra el cual luchó antes…
—Para ustedes, tres años después, ¿Calderón sigue siendo un presidente ilegitimo, un espurio?
—Si, la ilegitimidad no se borra. Eso no se borra cuando se accede al poder por métodos ilegales y con fraude electoral. Eso se queda bien plantado, por los siglos de los siglos. Pero creo que ahora no deberíamos estar sentados pensando en la legitimidad o no del gobierno: ahora el problema es cómo salvamos el barco, no decir: “Oye, este capitán es espurio”. La mera verdad que no está ahí el problema, el problema es que no se hunda el país y menos si Calderón no puede solo, como ya confesó en Brasil hace algunas semanas… (De Las Agencias)
Dice (Agustín) Carstens (secretario de Hacienda), igualito que lo decía (Francisco) Gil Díaz (ex secretario de Hacienda con Vicente Fox), o igualito que lo decía (Carlos) Salinas, o Pedro Aspe (ex secretario de Hacienda con Salinas), que no podemos gastar más de lo que tenemos. Es una visión ortodoxa, neoconservadora de la economía. Los organismos mundiales dicen que ahorita es permisible tener un déficit de 5 por ciento...
—¿Está equivocado el rumbo económico?
— Sí, y es por incapacidad. Yo les pondría el siguiente ejemplo: no tienes empleo, no tienes ingresos, no tienes ahorros y se te enferma un hijo, ¿qué haces? Te endeudas, buscas saldar la cuenta del hospital para salvar la vida de tu hijo. Bueno, pues el país está enfermo. Tiene muy pocos recursos, tiene algunos que no los quiere sacar el gobierno porque los tiene guardados en fideicomisos y en fondos, y peor, lo que tiene ni siquiera lo gasta en inversión, lo gasta en cosas inútiles, en gasto corriente, o no lo ejerce. Entonces: ¿se le va a morir el hijo o no?
—¿Se va a morir México en sus manos?
—Con esa política se nos está muriendo, se nos está agravando. Además hay un resultado desastroso en términos de empleo y de la caída del salario, ahí están las cifras oficiales. Estos señores son un fracaso. Los panistas son un fracaso, pero quien está conduciendo la economía no es un panista, es un priista que está identificado plenamente con sus maestros y con sus tutores —Salinas, Zedillo— y esa visión neoliberal que en 30 años no ha resuelto nada y ha llevado al país al desastre. Son dogmáticos. Piensan que un enfermo se cura haciéndole sangrías, poniéndole sanguijuelas. Son matasanos. Ya hay métodos modernos y diferentes para la economía. Todos los países están dejando ese modelo, hasta los inventores, los estadundienses, lo están dejando.
Balance en seguridad
—La guerra contra el crimen organizado fue una estrategia potelectoral de Calderón para legitimarse después de los comicios de 2006. Esa fue su apuesta. Y no ha dado resultados: no solamente no ha logrado la legitimidad que pretendía con esa campaña, sino que los resultados tangibles no son buenos.
—¿Es una guerra equivocada?
—Sí, desde luego que esta guerra hay que darla, y en este momento con el Ejército en las calles, pero se necesitan otras cosas más. Una, por ejemplo, generar empleo: hoy se alquila un joven por mucho más salario en las bandas de los traficantes que en una fábrica, si es que tiene empleo. El destino de muchos jóvenes es: “O me muero de hambre, o entro al crimen”. Y esto no es una figura retórica, es una realidad palpable en todas las entidades del país, en unas más y en otras menos, pero ahí está. Las cárceles esten llenas de jóvenes y 65 por ciento son menores de 30 años. Luego, las ejecuciones aumentan cada año, cada mes, como da cuenta el conteo de MILENIO. Y también hay un fracaso en eso de que “las drogas no lleguen a tus hijos”, que es el lema de Calderón. Es una realidad que ha crecido el número de niños narcodependientes, ha crecido el número de jóvenes que consumen droga, son datos oficiales. ¿Ha tenido éxito la estrategia de Calderón para evitar que la droga llegue a nuestros hijos? No…
—Para utilizar la imagen bélica, ¿esta es una guerra que se está perdiendo?
—Es una guerra que se está perdiendo, que está estancada, como en la Primera Guerra mundial, la guerra de las trincheras: se veían los alemanes con los franceses a 100 metros, se disparaban, pero las trincheras quedaban en el mismo lugar. De pronto avanzaban diez metros y de pronto retrocedían quince metros, pero ahí se quedaban, en las mismas trincheras. Hay que replantear la estrategia…
Balance en política
Jesús Ortega dice que el PAN llegó a la Presidencia con la bandera del cambio político y que no ha cumplido con eso:
—Tanto Fox como Calderón no asumieron el poder para hacer un cambio de régimen político, una transición, sino para representar sólo una alternancia. Hay muchos ejemplos, pero te voy a mencionar dos: uno, ¿cuál era uno de los temas fundamentales de los panistas en la oposición? Atacar al régimen corporativo sindicalista. Es una terrible paradoja: son aliados no solamente de Elba Esther sino del líder priista de los ferrocarrileros, el de Pemex y el de los obreros, Gamboa Pascoe. Esos son sus aliados…
Ortega hace una pausa mientras enciende un cigarrillo en su oficina. Luego pone un segundo ejemplo:
—El poder de los gobernadores: antes decíamos: “No se mueve una hoja de un árbol sin la voluntad del Presidente de la Republica”. Hoy en Veracruz no se mueve una hoja de un árbol si no es la voluntad de Fidel Herrera: controla los medios de comunicación, controla el Congreso, controla el Poder Judicial. Y lo mismo en Coahuila, Oaxaca y Puebla. Y no es un fenómeno de un personaje, es un fenómeno estructural de feudalismo, de caudillismo en su expresión regional. Estamos en peligro de regresar a los jefes políticos del porfirismo, o a los caudillos del callismo. De ese tamaño es la regresión que están provocando los panistas con los vacíos de poder por no hacer una reforma del Estado y conservar las mismas estructuras. Calderón está preservando el statu quo contra el cual luchó antes…
—Para ustedes, tres años después, ¿Calderón sigue siendo un presidente ilegitimo, un espurio?
—Si, la ilegitimidad no se borra. Eso no se borra cuando se accede al poder por métodos ilegales y con fraude electoral. Eso se queda bien plantado, por los siglos de los siglos. Pero creo que ahora no deberíamos estar sentados pensando en la legitimidad o no del gobierno: ahora el problema es cómo salvamos el barco, no decir: “Oye, este capitán es espurio”. La mera verdad que no está ahí el problema, el problema es que no se hunda el país y menos si Calderón no puede solo, como ya confesó en Brasil hace algunas semanas… (De Las Agencias)
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