Líneas de bajo costo, un espejismo de tarifas

México, DF. Septiembre 23.- Ami Lindenberg está acostumbrado a los retos. Lo supo desde que decidió abandonar la aerolínea Arkia, una de las más importantes de Israel, su país de origen, para tomar el timón de Aeromar. Actualmente enfrenta uno de los desafíos más difíciles en su carrera: la escalada del precio de la turbosina y la desmesurada competencia entre compañías.
Desde su oficina ubicada en la zona de hangares del AICM, el vicepresidente ejecutivo de Aeromar señala que cuando la Secretaría de Transportes otorgó las concesiones a las nuevas líneas aéreas a finales de 2006, lo hizo sin medir las consecuencias que esto ocasionaría al mercado de aviación nacional, tales como la sobreoferta de asientos y la competencia desmesurada entre compañías. Porque para él, volar barato es una simple ilusión.

¿Por qué las tarifas bajas son un espejismo?
En la aviación hay tres factores que determinan el estado de las aerolíneas: el costo, los factores de ocupación y las tarifas; cuando se hace un análisis de estos tres elementos se sabe si las aerolíneas están ganando. Ahora con las alzas en la turbosina y la desaceleración del mercado, las aerolíneas no pueden mantener sus tarifas y estar en números negros, como se ufanan algunos de sus presidentes.

¿Otorgó la SCT concesiones con muchas facilidades?
Sí, las concedió sin ninguna restricción, aunque le faltara solidez al mercado. Esto ocasionó la sobreoferta. Cuando los dueños de las líneas nuevas dieron sus primeros balances dijeron que habían encontrado su punto de equilibrio y que estaban ganando. No fue cierto.

¿Son necesarios los subsidios a la turbosina?
El gobierno no tiene que dar subsidios a ninguna línea aérea. La compañía que no se puede manejar de forma individual que no opere.

¿Qué están haciendo para disminuir el impacto del combustible?
Bajando tarifas en forma muy agresiva, aunque implique una reducción de nuestros ingresos. No hemos aterrizado aviones, pero sí nos hemos visto obligados a hacernos más eficientes con el mantenimiento, ahorita estamos en un punto de equilibrio.

¿Ha sido buena la estrategia operar sólo rutas rentables?
No. Nosotros salimos de las rutas que nos dejaban poca utilidad por una razón: al menos en tres casos competimos con otra línea que entró con tarifas totalmente inaceptables y si yo perdí dinero, esta aerolínea perdió más.

¿Tienen adeudos por pago de servicios o impuestos?
No, y me da mucha tristeza que haya líneas aéreas que deben tanto dinero y que apenas el gobierno las empiece a castigar, aun cuando tienen adeudos desde hace años, porque a nosotros nos cobran de forma inmediata por cantidades menores.

¿Están interesados en fusionarse con alguna aerolínea?
No veo en este momento esa necesidad. Tampoco veo un socio que busque a otro como Aeromar, pero es algo a lo que siempre estaremos abiertos.

¿Beneficiaría la fusión Aeroméxico-Mexicana a la industria?
Sí, definitivamente. Cuando Gastón Azcárraga presentó el plan para fusionarse a la CFC, era el momento apropiado para aprobarse, pues esto hubiera llevado a ambas compañías a la excelencia en términos de servicios y optimización de recursos, sin ninguna afectación a la competitividad.

¿Van seguros al último trimestre del año?
No me gusta utilizar la palabra seguro, porque hay cosas que nosotros no controlamos, pero el pronóstico de los últimos cinco meses ha sido muy bueno, espero que se mantenga. (Retomado del periódico Milenio)