Angel
Mario Ksheratto
La
millonaria deuda de COATAP
El
análisis que hace Samuel Chacón Morales, alcalde electo de Tapachula, sobre la
casi impagable deuda de una de las instituciones de mayor relevancia para el
servicio público de la ciudad, es sencillamente, demoledor. El Comité de Agua
Potable y Alcantarillados de Tapachula (COATAP), enfrenta una deuda que, según
cálculos de Chacón Morales, podría superar los cien millones de pesos. Una
cantidad impresionante, si se toma en cuenta que sus ingresos son de apenas
seis millones de pesos mensuales.
El
adeudo, no es de ahora; años y años de mal uso de los recursos, de pésima
administración y de utilización indebida de los ingresos, ha provocado que de
pronto, la empresa se vuelva incosteable. A la Comisión Federal de
Electricidad, al INFONAVIT, al IMSS y a diversos proveedores y prestadores de
servicios, se le deben millonarias cantidades de dinero.
A
dos de las citadas instituciones, se le debe de entre 14 y 18 millones de pesos
a cada una: el INFINAVIT y el IMSS. Aquí, las señales de alerta deben
encenderse todas y por completo. Ahí, hay un fuerte tufo a fraude, a despojo, a
corrupción.
Según
el reglamento laboral de la COATAP, a cada trabajador se le descuenta de su
sueldo determinado porcentaje para sufragar los gastos del Seguro Social y para
la cotización o pago de casas adquiridas por los empleados de esa dependencia;
se supone además que, mensualmente, lo descontado, debe ser depositado
inmediatamente a las cuentas de ambas instituciones. ¿Por qué no lo hicieron?
Claramente,
hay un fraude, un robo descarado que no debe quedar sin ser investigado y desde
luego, sin el castigo correspondiente. Fernando Escobar, es directivo de esa
empresa, debe explicar por qué, en menos de un año y medio, la deuda ascendió
de 30 a más de 100 millones de pesos. ¿A dónde envió el dinero sustraído? ¿Quiénes son sus cómplices?
Los
órganos legislativos, de combate a la corrupción, de transparencia y todo aquel
que esté en el rollo de evitar que algunos funcionarios se roben el dinero del
pueblo, deben activarse cuanto antes.
Ya
basta de complacencias y complicidades. Por desgracia, el caso de COATAP, es
solo un diminuto punto en la punta del iceberg. Y no deben parar solo en ese
caso. Ahí están las calles de Tapachula, hechas trizas. Alguien debe explicar
por qué se dejó en el abandono a una de las ciudades emblemáticas de Chiapas.
Otros tantos servicios públicos en aquella ciudad, están de tal manera
deteriorados, que llevará mucho tiempo repararlos. Nadie hace nada.
Pareciera
que los organismos creados para eficientar el servicio público y terminar con
esa añeja tradición de la corrupción, están solo de adorno; el Órgano de
Fiscalización Superior, en tantos años de existencia, nunca ha metido a un
alcalde ladrón a la cárcel. Han entrado, sí, pero aquellos alcaldes y exalcaldes
que han caído de la gracia, pero no los que han robado, los que han defraudado
a la sociedad.
La
Comisión de Hacienda del Estado, igual. Permite a los ediles en problemas
financieros, “arreglarse” bajo el agua y no pasa nada. Eventualmente, amenazan,
pero de ahí no pasa la cosa. Ya va siendo tiempo que pongan a cada quien en su
lugar.
Lo
penoso en el caso de la COATAP es que, como única alternativa, parece ser que
solo quedará el aumento en las tarifas, medida nada recomendable, pero factible
a juzgar por lo dicho recientemente por el alcalde electo: Al menos en éste
año, no habrá aumento. Solo éste año. El que sigue, quién sabe hasta cuanto
habrá qué pagar por un servicio que hoy, sigue siendo deficiente.
No
es gratificante que el pueblo pague las deudas irresponsables de otros. En todo
caso, que las instituciones se encarguen de investigar a las autoridades de esa
dependencia y obliguen a quien se llevó ese dinero, a devolverlo. Sería lo
justo, lo deseable. ¡Qué bonito que uno roba y otros pagan por eso!
Mientras
exista impunidad para esos malos funcionarios, no avanzaremos a ninguna parte.
Algo debe hacerse y urgente. Ojalá y se haga cumplir la ley.
Tarjetero
***
PEMEX, como siempre, demostrando su ineficacia: ya casi una treintena de
muertos, algunos desaparecidos y varios heridos, una explosión cuyas causas, no
sabremos a ciencia cierta. *** La ambición de los devotos de Manuel Andrés
López Obrador, no tiene llenadero. Ahora resulta que se oponen a la candidatura
de Marcelo Ebrard para el 2018. No ha tomado posesión el presidente electo y ya
se están dando hasta por debajo de las anginas. No cabe duda que están, los
pejistas, enfermos de poder. Y como dicen por ahí, cuando la perra es brava,
hasta a sus hijos muerde. *** No soy fanático del box; se me hace un deporte
para gente con escasa cultura, gente proclive a la violencia. Hace apenas unos
días, fueron noticia dos peleas de entre supuestos deportistas de buen nivel.
Uno de ellos, Julio César Chávez, hijo de otro llamado campeón, hizo lo que
sabe hacer ante su rival y, como es negociazo redondo para las televisoras que
impulsan esas prácticas salvajes, dieron el triunfo al hijo de la denominada
leyenda. Hasta ahí, todo bien, para la fanaticada. Pero resulta que ayer,
varios medios nacionales consignaron que el flamante peleador, resultó positivo
en drogas. Es decir, antes de subirse a la lona, se había echado sus taquitos
de mariguana. Tronco de ejemplo para la juventud. Me hizo recordar aquella
ocasión en que en la arena de Tuxtla, una agente de tránsito de algún estado
del centro del país, sin experiencia en el boxeo, de una trompada derribó a su
rival, considerada campeona en una de tantas categorías en esa fanfarronada. La
habían contratado —y así se lo habían hecho saber antes de traerla como
“retadora”— que se dejaría noquear… Y todo para quedar bien y decir que Chiapas
es el primer lugar en producción de salvajes que se agarran a chancletazos.
Quiero decir al final que, ni como deporte, ni como distracción circense,
debería promoverse en Chiapas; no, por lo menos hasta que quienes se prestan
para ello, sean verdaderos ejemplos de virtud deportiva. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
amksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
0 comentarios:
Publicar un comentario