Angel
Mario Ksheratto
Mentiras
patológicas
¿Qué
parte de la resolución judicial-electoral no entiende Manuel Andrés López
Obrador? Ha quedado claro que ninguna de las pruebas presentadas, estuvieron
debidamente sustentadas; el mismo fracasado excandidato decidió poner en la
plataforma del ridículo sus “pruebas”: unos cuantos marranos, algunas ovejas,
uno que otro chivo, un puñado de gallinas, trapos en calidad de playeras,
botones decorados, cilindros contenedores de líquidos consumibles… Nada que
probase la comisión de un delito electoral.
De
hecho en Chiapas, promotores del voto a favor de MALO, distribuían hasta
computadoras en algunas escuelas. Si vamos más allá, recordemos que si alguien
promovió la entrega de objetos a cambio de votos, fue él mismo. “Agarren todo
lo que les den, pero voten por la opción que represento”, dijo en más de una
ocasión. Estaba, como vemos, de acuerdo con esa práctica que ahora, alega, es
fraudulenta.
Si
usamos la lógica, como ya lo dejamos en claro en otra ocasión en éste espacio,
no puede ser “prueba”, aquel elemento que no constituyó acción reprobable
alguna. Por ejemplo, presentaron cierto número de boletas, según ellos, para
ser utilizadas a favor del PRI. Al estar en poder de ellos, evidentemente, no
fueron utilizadas y por tanto, no sirvieron para lo que ellos presumen, fue
determinante para la victoria de su oponente. Sencillamente, porque no contaron
como votos útiles.
Y
jamás probaron que en efecto, aquellas boletas hayan sido mandadas a hacer por
el equipo de campaña de Peña Nieto. Si hubiesen presentado facturas,
declaraciones de los involucrados, ¡vaya!, pruebas tangibles, el cantar sería
otro. En el caso de los animalitos que, afirman, fueron entregados a condición
de votar por el PRI, tampoco hubo pruebas testimoniales. Nunca se supo que
algún ciudadano se haya presentado a declarar ante la autoridad, admitiendo o
denunciando un acto electoral al margen de la ley. ¡A menos que hayan hablado
las gallinas!
Era
la palabra incierta de un puñado de seguidores de MALO, contra una institución
preparada para hacer constar la realidad y separar la verdad de la mentira.
El
instrumento de “calidad” que Manuel Andrés está utilizando, es precisamente, la
mentira. Mientras no pruebe con veracidad y contundencia sus acusaciones,
quedará siendo un mentiroso patológico… Y patético. López Obrador, por cierto,
se circunscribe al círculo de personas que padecen el síndrome de la
“pseudología fantástica”, que hace que quienes lo padecen, suelan fabricar
falsedades desproporcionadas con relación a cualquier ventaja que quisiesen
sacar de las circunstancias.
Los
expertos en el tema, afirman que el origen de ese síndrome, es entre otros, el
“mecanismo psicopatológico”; es decir, el paciente, primero se convence a sí
mismo de una mentira y luego, la esparce deliberadamente hacia los demás. El
diagnóstico se ajusta perfectamente al derrotado excandidato, pues éste ha dado
claras muestras de trastorno de personalidad (un día proclama la “república
amorosa” y al siguiente manda al diablo a las instituciones y ataca ferozmente
a sus opositores) y se ha mostrado narcisista e histriónico.
Recordemos
aquel delirante episodio con “Juanito”, un personaje rarísimo, a quien MALO le
contó la mentira de alcanzar el poder y perderlo ipso facto vía la violación de
las leyes. El tal “Juanito”, le reviró la misma mentira y ambos terminaron por
creerla. Para cuando “Juanito” debía cumplir el mandato de su entonces
caudillo, López tenía entre tantas banderas, la de oponerse a las “juanitas”
(término que surgió, precisamente de ese hilarante suceso), aquellas que
llegaban a ocupar una curul y debían cederla a un hombre, que había sido electo
diputado o senador suplente. Era para burlar la equidad de género en los
partidos políticos.
Otros
síntomas que podemos observar en MALO en cuanto al síndrome referido, son los
de la imitación (en el 2006, se autoproclamó “presidente legítimo”), el de la
estafa (se hace pasar por un defensor de los pobres y él vive rodeado de
lujos), el del ultraje (asegura ser víctima de fraudes y persecuciones
inexistentes) y el de la falsa confesión (jura ser la solución de México, pero
nunca presenta programas reales).
Ahora
bien, al movimiento que encabeza López Obrador, no le hace ningún bien la
postura de éste. Son dos o tres diputados, dos o tres senadores, quienes
defienden la mentira de su líder. Defienden la mentira. Y mire que si no tiene
efectos el síndrome que padece el tabasqueño: algunos medios extremistas, no
dicen que fue tal o cual diputado o senador, sino que encasillan a todas las
instituciones bajo un estigma perjudicial. Es decir, pretenden hacer creer a
sus lectores que MALO tiene razón, “según las instituciones”.
Manuel
Andrés tiene la ineludible obligación moral de cumplir con su promesa. Irse a
su rancho denominado “La Chingada”, será un determinante para que México
empiece a buscar políticos serios, comprometidos, honestos…
Tarjetero
***
Nada qué celebrar tras el informe de Felipe Caderón Hinojosa. Un informe con
pocos resultados. No todo fue malo, cierto. Pero mucho qué desear y nada para
festejar. *** Por cierto y hablando de las mentiras de MALO, los próximos
diputados locales, no cantan nada mal las rancheras. De todos, no hay uno solo
que no sea mentiroso. Y en esa lista entran todos. Hasta sus futuros
colaboradores. Otro Congreso de mentirosos, rufianes, sin duda. Ojalá uno que
otro suplente, logre colarse. *** Dice Calderón que deja a un país blindado.
¡Cómo no! Con tanta balacera e inseguridad, es recomendable blindarse. ***
Nadie hace algo por reparar las calles de Tapachula. Basura, hoy, zanjas,
tierra amontonada, lodo, polvo, descuido, en fin, más parece una zona de
guerra, que la ciudad motor de la economía de Chiapas. Es una pena que las
autoridades municipales no pongan su esfuerzo por lo menos, para echarles una
manita de gato. El alcalde interino, nos dicen, es una papa sin sal.
Desacomedido, ignorantito, terco, valemadrista. De hecho, ha dejado en claro
que él, no va a resolver los problemas que dejó su antecesor. Nos preguntamos
entonces para qué diablos aceptó el cargo. ¿Solo para robar lo poco que le
dejaron para llevarse? Pero en fin, esperemos que pronto se solucione ese gravísimo
problema que afecta a todos. *** Luego nos leemos.
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