Tapachula,
Chiapas. Agosto 27 (EFE).- Arqueólogos mexicanos descubrieron una escultura de
un jaguar con antigüedad de unos 2 mil años y casi una tonelada de peso en la
zona arqueológica de Izapa, en el Soconusco en el estado de Chiapas, sureste de
México, informaron hoy fuentes oficiales.
El
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) precisó en un comunicado
que esta figura, sagrada para las culturas precolombinas, es la número 91 que
se registra en la zona de Izapa, en donde se han encontrado 284 piezas entre
esculturas, altares y tronos.
El
monumento, que mide 1.38 metros de largo por 87 centímetros de alto y 52 centímetros
de espesor, "solo está grabado por una de sus caras con la fisonomía de un
jaguar, con las patas delanteras y traseras flexionadas como si estuviera
echado", comentó el director del Centro INAH-Chiapas, Emiliano Gallaga.
Izapa,
que se localiza a unos 12 kilómetros de Tapachula, fronteriza con Guatemala,
fue un importante centro cívico religioso construido hace unos 2.500 años,
"posiblemente de filiación mixe zoque, anterior a la cultura maya".
El
experto destacó que los monumentos de Izapa muestran la cosmovisión del pueblo
que edificó esta ciudad y que "algunas imágenes hacen referencia a
diversos mitos que están narrados en el Popol Vuh, libro sagrado de los
mayas".
Según
el arqueólogo, la escultura posiblemente estaba en proceso de elaboración porque
el resto de la pieza es liso.
Para
el especialista, la pieza no solo incrementa el acervo escultórico de Izapa,
sino que reitera la importancia de dicho animal en el pensamiento ritual de las
culturas mesoamericanas, además de que muestra la sensibilidad de un pueblo
para plasmar conceptos en piedra.
"Las
esculturas de Izapa se realizaban con piedras porque no había metales en esa
época, y en algunos casos los indígenas usaban cinceles de jade. Por las
características del monumento y del material asociado, se estima que puede
tener una antigüedad aproximada de dos mil años", indicó el especialista.
El
monolito fue localizado en 2011 como parte del Proyecto Reconocimiento Regional
de Izapa, dirigido por el arqueólogo Robert M. Pinter Rosenswig de la Universidad
de Albany.
"Por
sus dimensiones y el sitio donde se encontró la piedra no se pudo sacar de
inmediato y se dejó ahí, para rescatarla en la siguiente temporada que comenzó
en este mes de agosto", detalló Gallaga.
Añadió
que la piedra labrada se encontraba en el lecho de un arroyo que desemboca en
el río Izapa, dentro de una propiedad privada.
Además
de la escultura monolítica se encontraron en el lecho del río otras piezas
entre ellas, metates, una tinaja de piedra, así como piezas de cerámica, entre
las que destacan vasijas trípodes con las patas decoradas, fechadas para el
periodo Clásico Temprano (200-600 d.C.).
El
funcionario dijo que la escultura del jaguar será sometida a un proceso de
conservación, en el que será limpiada para poder analizar con más detenimiento
su iconografía.
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