Angel Mario Ksheratto
Las hipocresías de Clever Salazar
En el sexenio pasado, Clever Salazar Mendiguchía operó a sus anchas una serie de movimientos tendientes a someter a algunas comunidades de mayoría católica que se negaban a ingresar a las filas de la iglesia evangélica que, junto con su hermano, el exdictador Pablo Abner, manipulaban cuando de “apoyo social masivo” necesitaban. Fue en el sexenio pasado cuando el temible “Ejército de Dios” empezó a formarse, con la idea de despojar a las comunidades católicas de posesiones y tierras.
Hoy, el hipócrita pastor evangélico, olvida su reciente pasado y arremete, primero, contra las autoridades y luego, contra los indígenas que, a su juicio, “atacan” a las comunidades sometidas por la secta que lidera junto a algunos de sus demás hermanos.
Se queja el hermano del exdictador de actos de “intolerancia religiosa” en Los Altos, Selva y Norte de Chiapas. Califican de “grave” la supuesta persecución de evangélicos y acusa al gobierno de “lentitud” en la resolución de las demandas, supuestamente interpuestas por los grupos que él controla, no con intenciones redentoras, sino de manipulación electoral, a favor de Rubén Velásquez y los aliados del pablismo que buscan puestos de elección popular.
No es extraño que los Salazar Mendiguchía aparezcan ahora con otro petate de muerto para asustar a los incautos. Lo reprochable es que en efecto, la persecución religiosa —que ha existido desde siempre— no fue atendida por la administración de Pablo Abner; por el contrario, la alimentaron en contra de los católicos. Muchas comunidades fueron literalmente barridas y sus resultados convenientemente callados para que nadie protestase por los abusos cometidos en nombre de Dios. Medios y “periodistas” entonces vendidos con la dictadura, guardaron silencio, haciéndose cómplices de los abusos que, con la fuerza del aparato gubernamental, se aplicó al medio religioso.
Un líder Chol de Tila, denunció durante el sexenio pasado, los despojos que Clever y sus pastores hacían en parajes solitarios, expulsando a los católicos de sus casas. Tras la denuncia que los medios de “izquierda” no dieron a conocer, el dirigente desapareció para siempre. Era catequista.
Ahora, con todo el cinismo del mundo, Salazar Mendiguchía viene a exigir derechos que él y su hermano violaron con absoluta impunidad cuando detentaron el poder. No tiene pues, ninguna solvencia moral; no le avala un historial de defensa pulcra de los derechos religiosos ni lo respalda su pasado tenebroso. Y sí, es cierto que hay violencia religiosa en muchas comunidades indígenas, pero mucha de esa violencia, proviene del “Ejército de Dios”, agrupación paramilitar armada que se gestó durante la dictadura pablista.
No solo los evangélicos son presa de persecuciones; también los católicos y Clever Salazar, sabe perfectamente quiénes están detrás de los persecutores de los seguidores de la doctrina vaticana. Es hipócrita de su parte, llorar por algo que él mismo promueve. Es hipócrita exigir lo que él y su hermano no pudieron hacer cuando usurparon el poder público. Es hipócrita decir ahora que los indígenas están en pobreza extrema cuando su familia los despojó de todos sus bienes.
Si Clever Salazar fuere honrado y un buen hijo de Dios, no solo reconocería los excesos y arbitrariedades que cometió junto con sus hermanos en contra de miles de chiapanecos, sino que exhortaría a éstos, a devolver lo que se robaron.
Y que no salga con el cuento que fueron honrados; debemos recordarles solo un ejemplo de los miles para ver si tienen tantita vergüenza: Tras los estragos del huracán “Stan”, el gobierno federal destinó 100 mil millones de pesos para la construcción de 10 mil casas para los afectados; solo entregaron 2 mil casas. Y hasta eso, de pésima calidad. Quizá Clever y Pablo lo hayan olvidado ya, pero a raíz de ese acto de corrupción, SEDESOL decidió ya no enviar los 400 millones restantes para la reconstrucción y construcción de casas, ante el temor que ese dinero también desapareciera en manos de Clever y Pablo, a través de los incondicionales del primero, entre los que figuran David Tovilla, Rubén Velásquez, José María Morales Medina, Oswaldo Chacón, Juan Carlos Moreno Guillén, María Cruz Hernández, Carolina Cariño, Sergio Cortázar y Marvin Lorena Arriaga. Ésta última por cierto, actual desorganizadora del CONECULTA, desde donde salen apoyos para los defensores oficiosos del pablismo, al grado que por ahí le saltó la liebre de un asunto delictuoso muy delicado.
¿Con qué autoridad los pablistas exigen soluciones a un problema que ellos alimentaron?
Tarjetero
*** Ayer, una fuente de la Procuraduría desmintió que Carlos Gómez —a quien se le encontraron autos de lujo y de colección en su vivienda durante un incendio—, no labora en esa dependencia y menos, en Asuntos Relevantes; las crónicas del suceso que los colegas de nota roja que reportaron, coinciden: el sujeto sí se identificó como funcionario público. Si no lo es, entonces incurrió en usurpación de funciones, lo cual complica el asunto. *** Revisé y revisé el artículo 61 de la Constitución Política del Estado de Chiapas referente a la figura de “Encargado de despacho” en el caso de ausencia voluntaria ó involuntaria, solicitud de licencia ó desafuero de un alcalde municipal. Las dos figuras cuando un edil deja el cargo antes de cumplir su periodo constitucional son el de “sustitución” y “Concejo Municipal”. (En la Constitución aparece como “Consejo” con “s”, cuando debería escribirse con “c” —Concejo—, en virtud de su origen: Concejal. Pero en fin, alguien debe explicar ese asunto). “Encargado de despacho”, ni por asomo. De tal manera pues que, debe revisarse con extrema urgencia, pues Jaime Vals lleva varios días que dejó el cargo de alcalde para irse a sentar tres años a la colina universitaria. Puede haber ahí, un vacío de poder muy, pero muy grave para la salud de las instituciones. La Constitución es clara. Muy clara. Y más que clara. Ya si está contemplada en otra ley, será otra cosa, pero, insisto: La Constitución es muy clara. ¿Me di a entender? *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Las hipocresías de Clever Salazar
En el sexenio pasado, Clever Salazar Mendiguchía operó a sus anchas una serie de movimientos tendientes a someter a algunas comunidades de mayoría católica que se negaban a ingresar a las filas de la iglesia evangélica que, junto con su hermano, el exdictador Pablo Abner, manipulaban cuando de “apoyo social masivo” necesitaban. Fue en el sexenio pasado cuando el temible “Ejército de Dios” empezó a formarse, con la idea de despojar a las comunidades católicas de posesiones y tierras.
Hoy, el hipócrita pastor evangélico, olvida su reciente pasado y arremete, primero, contra las autoridades y luego, contra los indígenas que, a su juicio, “atacan” a las comunidades sometidas por la secta que lidera junto a algunos de sus demás hermanos.
Se queja el hermano del exdictador de actos de “intolerancia religiosa” en Los Altos, Selva y Norte de Chiapas. Califican de “grave” la supuesta persecución de evangélicos y acusa al gobierno de “lentitud” en la resolución de las demandas, supuestamente interpuestas por los grupos que él controla, no con intenciones redentoras, sino de manipulación electoral, a favor de Rubén Velásquez y los aliados del pablismo que buscan puestos de elección popular.
No es extraño que los Salazar Mendiguchía aparezcan ahora con otro petate de muerto para asustar a los incautos. Lo reprochable es que en efecto, la persecución religiosa —que ha existido desde siempre— no fue atendida por la administración de Pablo Abner; por el contrario, la alimentaron en contra de los católicos. Muchas comunidades fueron literalmente barridas y sus resultados convenientemente callados para que nadie protestase por los abusos cometidos en nombre de Dios. Medios y “periodistas” entonces vendidos con la dictadura, guardaron silencio, haciéndose cómplices de los abusos que, con la fuerza del aparato gubernamental, se aplicó al medio religioso.
Un líder Chol de Tila, denunció durante el sexenio pasado, los despojos que Clever y sus pastores hacían en parajes solitarios, expulsando a los católicos de sus casas. Tras la denuncia que los medios de “izquierda” no dieron a conocer, el dirigente desapareció para siempre. Era catequista.
Ahora, con todo el cinismo del mundo, Salazar Mendiguchía viene a exigir derechos que él y su hermano violaron con absoluta impunidad cuando detentaron el poder. No tiene pues, ninguna solvencia moral; no le avala un historial de defensa pulcra de los derechos religiosos ni lo respalda su pasado tenebroso. Y sí, es cierto que hay violencia religiosa en muchas comunidades indígenas, pero mucha de esa violencia, proviene del “Ejército de Dios”, agrupación paramilitar armada que se gestó durante la dictadura pablista.
No solo los evangélicos son presa de persecuciones; también los católicos y Clever Salazar, sabe perfectamente quiénes están detrás de los persecutores de los seguidores de la doctrina vaticana. Es hipócrita de su parte, llorar por algo que él mismo promueve. Es hipócrita exigir lo que él y su hermano no pudieron hacer cuando usurparon el poder público. Es hipócrita decir ahora que los indígenas están en pobreza extrema cuando su familia los despojó de todos sus bienes.
Si Clever Salazar fuere honrado y un buen hijo de Dios, no solo reconocería los excesos y arbitrariedades que cometió junto con sus hermanos en contra de miles de chiapanecos, sino que exhortaría a éstos, a devolver lo que se robaron.
Y que no salga con el cuento que fueron honrados; debemos recordarles solo un ejemplo de los miles para ver si tienen tantita vergüenza: Tras los estragos del huracán “Stan”, el gobierno federal destinó 100 mil millones de pesos para la construcción de 10 mil casas para los afectados; solo entregaron 2 mil casas. Y hasta eso, de pésima calidad. Quizá Clever y Pablo lo hayan olvidado ya, pero a raíz de ese acto de corrupción, SEDESOL decidió ya no enviar los 400 millones restantes para la reconstrucción y construcción de casas, ante el temor que ese dinero también desapareciera en manos de Clever y Pablo, a través de los incondicionales del primero, entre los que figuran David Tovilla, Rubén Velásquez, José María Morales Medina, Oswaldo Chacón, Juan Carlos Moreno Guillén, María Cruz Hernández, Carolina Cariño, Sergio Cortázar y Marvin Lorena Arriaga. Ésta última por cierto, actual desorganizadora del CONECULTA, desde donde salen apoyos para los defensores oficiosos del pablismo, al grado que por ahí le saltó la liebre de un asunto delictuoso muy delicado.
¿Con qué autoridad los pablistas exigen soluciones a un problema que ellos alimentaron?
Tarjetero
*** Ayer, una fuente de la Procuraduría desmintió que Carlos Gómez —a quien se le encontraron autos de lujo y de colección en su vivienda durante un incendio—, no labora en esa dependencia y menos, en Asuntos Relevantes; las crónicas del suceso que los colegas de nota roja que reportaron, coinciden: el sujeto sí se identificó como funcionario público. Si no lo es, entonces incurrió en usurpación de funciones, lo cual complica el asunto. *** Revisé y revisé el artículo 61 de la Constitución Política del Estado de Chiapas referente a la figura de “Encargado de despacho” en el caso de ausencia voluntaria ó involuntaria, solicitud de licencia ó desafuero de un alcalde municipal. Las dos figuras cuando un edil deja el cargo antes de cumplir su periodo constitucional son el de “sustitución” y “Concejo Municipal”. (En la Constitución aparece como “Consejo” con “s”, cuando debería escribirse con “c” —Concejo—, en virtud de su origen: Concejal. Pero en fin, alguien debe explicar ese asunto). “Encargado de despacho”, ni por asomo. De tal manera pues que, debe revisarse con extrema urgencia, pues Jaime Vals lleva varios días que dejó el cargo de alcalde para irse a sentar tres años a la colina universitaria. Puede haber ahí, un vacío de poder muy, pero muy grave para la salud de las instituciones. La Constitución es clara. Muy clara. Y más que clara. Ya si está contemplada en otra ley, será otra cosa, pero, insisto: La Constitución es muy clara. ¿Me di a entender? *** Luego nos leemos.
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