Angel Mario Ksheratto
Al rescate de los derechos humanos
El cambio de fórmula para la defensa de los derechos humanos en Chiapas, era una urgencia impostergable. Desde que el ultrapablista Juan Carlos Moreno Guillén asumió —abrigado en la ilegalidad— el cargo de “presidente” de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, el organismo perdió credibilidad y eficacia en ese ramo. De cada 100 quejas presentadas, solo se atendía cuando mucho, cinco y hasta eso, bajo presiones mediáticas. El resto, sencillamente eran consideradas “quejas sin sustento”, lo que obligaba al encajonamiento de éstas.
La pretendida “autonomía” de la CEDH, se convirtió en carnaza podrida para el ave de rapiña en que se convirtió su titular, quien, entre otros notables trabajos realizados, logró desaparecer los expedientes de violaciones a los derechos humanos que se cometieron durante la tiranía pablista, periodo en que Moreno Guillén fue parte del equipo ejecutor de Mariano Herrán Salvatti, diputado local y presidente del Congreso, dos cargos que utilizó para saciar la sed de venganza de su entonces patrón, Pablo Abner Salazar. Componendas incomprensibles lo elevaron al rango de “presidente” de la CEDH… Y fungió más bien como sepulturero, solo que con sueldo millonario, de tal manera que su familia más cercana, se dio la oportunidad de conocer Europa, por lo menos.
Desde hace un par de meses, el Congreso del Estado tuvo leves intenciones de destituirlo; algunos legisladores confiaron entonces a Fichero Político que Juan Carlos Moreno Guillén, no estaba observando el código de conducta de ese organismo e incluso, uno de los diputados dejó entrever que habrían detectado malos manejos financieros, amén de habérsele pillado en actos poco decorosos para la investidura que ostenta hasta hoy. Había caído, el “presidente” de la CEDH, de las barbas de San Pedro y los demonios estaban en condiciones de hacerle pagar su atrevimiento.
Pero algo sucedió, que la destitución quedó suspendida. A los tres personajes que tenían en lista para formar la terna sucesoria, tuvieron qué informarles que ya no habría elección. El presidente de dicha Comisión, saltó de júbilo y ordenó que de nuevo, regresaran sus tiliches a la oficina que empezaba a desocupar.
El balance del “trabajo” encabezado por Moreno Guillén, es deprimente. Pocas recomendaciones y mucho, demasiado cobijo a los violadores de los derechos humanos. Si acaso, en los Medios, figuraron cinco ó seis recomendaciones en casi cinco años de usurpación. Y no fueron recomendaciones que llamaran la atención por el rango de los destinatarios. Ello habla de la ineficacia, la inefectividad de ese organismo. Ha estado muerto, no ha sido el defensor de los oprimidos. Por el contrario, se convirtió en el aval de los malos, la sombrilla protectora que obligó a muchos a no quejarse o en todo caso, recurrir a otras instancias más efectivas, plurales, objetivas.
Para el colmo, la situación financiera de la CEDH, no es la más óptima. Viajes sin beneficio alguno, nomás por el puro placer, se realizaron a costa de dinero público. Cursillos mediocres y nula capacitación que de todas formas, fueron motivo de sospechosas erogaciones monetarias, son los reportes comunes en el libro de cuentas del organismo.
La nueva modalidad que obliga la desaparición de la Comisión de Derechos Humanos para convertirla en Consejo Estatal de los Derechos Humanos, debe llevar implícita la destitución de su actual presidente. Sería un error poner un remiendo de tela nueva sobre un trapo viejo. El cambio debe ser de fondo, no solo de siglas porque entonces, no tendría sentido. Debemos entender que si hubo un cambio de modalidad, es porque el anterior no funcionó (tal y como ha quedado plenamente demostrado) y por lo tanto, quien no sirvió, debe ser retirado definitivamente.
Y no solo eso, debe ser investigado a profundidad, pues son muchas las quejas en el sentido que Moreno Guillén utilizó el cargo para beneficiarse a sí mismo. Por encima de esto, sin que lo anterior deje de ser importante, debe resarcirse el daño moral infringido a la sociedad que nunca obtuvo respaldo de esa Comisión que fue creada para ayudar y no para burlarse de los ciudadanos. Si llegare a suceder esto, entonces estaríamos, en serio, del otro lado. Los derechos humanos violados en la propia CEDH, serían reivindicados. Es lo menos que se puede hacer.
La pregunta es: ¿Tendrán el valor de hacerlo o les valdrá?
Tarjetero
*** Con eso que ayer el Senado ratificó el aumentó al costo de los cigarrillos, quienes fumamos, ahora sí, literalmente, vamos a tener qué chupar faros. Ni modos. En un país de presuntos derechos, por salvaguardar unos, se violan otros. Ahí está el caso de las adopciones por parte de parejas formadas con personas del mismo sexo: se salvaguardan los derechos de los homosexuales y lesbianas —que es legítimamente válido y legalmente aceptable— pero se violan los derechos de los niños que no tienen forma de defender los suyos. *** Alguna autoridad debe intervenir en el asunto de los antros nocturnos. Los guaruras de éstos lugares son constantemente señalados de abusos que van desde golpizas descomunales hasta ataques sexuales e incluso, se sospecha de más de un homicidio. Por ahí está el caso de un muchacho a quien hace quince días, “guardianes” de un antro propiedad —bajo prestanombre— de un diputado local, agredieron hasta casi dejarle ciego. Willi, el encargado del lugar, con extrema prepotencia se presentó la misma noche del crimen cometido por los empleados de seguridad al nosocomio donde era atendida la víctima para ofrecer 15 mil pesos a cambio de no ser denunciados. Y nadie hace nada. *** Diputados de Convergencia, encabezados por Carlos Arturo Penagos Vargas, se reunieron con sus homólogos federales con quienes discutieron temas de relevancia nacional. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Al rescate de los derechos humanos
El cambio de fórmula para la defensa de los derechos humanos en Chiapas, era una urgencia impostergable. Desde que el ultrapablista Juan Carlos Moreno Guillén asumió —abrigado en la ilegalidad— el cargo de “presidente” de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, el organismo perdió credibilidad y eficacia en ese ramo. De cada 100 quejas presentadas, solo se atendía cuando mucho, cinco y hasta eso, bajo presiones mediáticas. El resto, sencillamente eran consideradas “quejas sin sustento”, lo que obligaba al encajonamiento de éstas.
La pretendida “autonomía” de la CEDH, se convirtió en carnaza podrida para el ave de rapiña en que se convirtió su titular, quien, entre otros notables trabajos realizados, logró desaparecer los expedientes de violaciones a los derechos humanos que se cometieron durante la tiranía pablista, periodo en que Moreno Guillén fue parte del equipo ejecutor de Mariano Herrán Salvatti, diputado local y presidente del Congreso, dos cargos que utilizó para saciar la sed de venganza de su entonces patrón, Pablo Abner Salazar. Componendas incomprensibles lo elevaron al rango de “presidente” de la CEDH… Y fungió más bien como sepulturero, solo que con sueldo millonario, de tal manera que su familia más cercana, se dio la oportunidad de conocer Europa, por lo menos.
Desde hace un par de meses, el Congreso del Estado tuvo leves intenciones de destituirlo; algunos legisladores confiaron entonces a Fichero Político que Juan Carlos Moreno Guillén, no estaba observando el código de conducta de ese organismo e incluso, uno de los diputados dejó entrever que habrían detectado malos manejos financieros, amén de habérsele pillado en actos poco decorosos para la investidura que ostenta hasta hoy. Había caído, el “presidente” de la CEDH, de las barbas de San Pedro y los demonios estaban en condiciones de hacerle pagar su atrevimiento.
Pero algo sucedió, que la destitución quedó suspendida. A los tres personajes que tenían en lista para formar la terna sucesoria, tuvieron qué informarles que ya no habría elección. El presidente de dicha Comisión, saltó de júbilo y ordenó que de nuevo, regresaran sus tiliches a la oficina que empezaba a desocupar.
El balance del “trabajo” encabezado por Moreno Guillén, es deprimente. Pocas recomendaciones y mucho, demasiado cobijo a los violadores de los derechos humanos. Si acaso, en los Medios, figuraron cinco ó seis recomendaciones en casi cinco años de usurpación. Y no fueron recomendaciones que llamaran la atención por el rango de los destinatarios. Ello habla de la ineficacia, la inefectividad de ese organismo. Ha estado muerto, no ha sido el defensor de los oprimidos. Por el contrario, se convirtió en el aval de los malos, la sombrilla protectora que obligó a muchos a no quejarse o en todo caso, recurrir a otras instancias más efectivas, plurales, objetivas.
Para el colmo, la situación financiera de la CEDH, no es la más óptima. Viajes sin beneficio alguno, nomás por el puro placer, se realizaron a costa de dinero público. Cursillos mediocres y nula capacitación que de todas formas, fueron motivo de sospechosas erogaciones monetarias, son los reportes comunes en el libro de cuentas del organismo.
La nueva modalidad que obliga la desaparición de la Comisión de Derechos Humanos para convertirla en Consejo Estatal de los Derechos Humanos, debe llevar implícita la destitución de su actual presidente. Sería un error poner un remiendo de tela nueva sobre un trapo viejo. El cambio debe ser de fondo, no solo de siglas porque entonces, no tendría sentido. Debemos entender que si hubo un cambio de modalidad, es porque el anterior no funcionó (tal y como ha quedado plenamente demostrado) y por lo tanto, quien no sirvió, debe ser retirado definitivamente.
Y no solo eso, debe ser investigado a profundidad, pues son muchas las quejas en el sentido que Moreno Guillén utilizó el cargo para beneficiarse a sí mismo. Por encima de esto, sin que lo anterior deje de ser importante, debe resarcirse el daño moral infringido a la sociedad que nunca obtuvo respaldo de esa Comisión que fue creada para ayudar y no para burlarse de los ciudadanos. Si llegare a suceder esto, entonces estaríamos, en serio, del otro lado. Los derechos humanos violados en la propia CEDH, serían reivindicados. Es lo menos que se puede hacer.
La pregunta es: ¿Tendrán el valor de hacerlo o les valdrá?
Tarjetero
*** Con eso que ayer el Senado ratificó el aumentó al costo de los cigarrillos, quienes fumamos, ahora sí, literalmente, vamos a tener qué chupar faros. Ni modos. En un país de presuntos derechos, por salvaguardar unos, se violan otros. Ahí está el caso de las adopciones por parte de parejas formadas con personas del mismo sexo: se salvaguardan los derechos de los homosexuales y lesbianas —que es legítimamente válido y legalmente aceptable— pero se violan los derechos de los niños que no tienen forma de defender los suyos. *** Alguna autoridad debe intervenir en el asunto de los antros nocturnos. Los guaruras de éstos lugares son constantemente señalados de abusos que van desde golpizas descomunales hasta ataques sexuales e incluso, se sospecha de más de un homicidio. Por ahí está el caso de un muchacho a quien hace quince días, “guardianes” de un antro propiedad —bajo prestanombre— de un diputado local, agredieron hasta casi dejarle ciego. Willi, el encargado del lugar, con extrema prepotencia se presentó la misma noche del crimen cometido por los empleados de seguridad al nosocomio donde era atendida la víctima para ofrecer 15 mil pesos a cambio de no ser denunciados. Y nadie hace nada. *** Diputados de Convergencia, encabezados por Carlos Arturo Penagos Vargas, se reunieron con sus homólogos federales con quienes discutieron temas de relevancia nacional. *** Luego nos leemos.
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