Angel Mario Ksheratto
Prudencia, no rasgaduras de vestidos
Los últimos días han estado marcados por las detenciones de algunos dirigentes sociales, lo que ha desatado críticas de algunos sectores afines a los detenidos; las acusaciones contra las autoridades responsables de tales hechos son variadas e incluso, algunas rayan en la descalificación a priori, sin que ello les reste razones sociales para expresarlas. En eso, la Procuraduría de Justicia está en la obligación moral de explicar a detalle las motivaciones de cada detención pues solo de esa forma la sociedad podrá tener elementos sustanciales para fundar su crítica o cualquier otra postura que se derive de esos hechos.
Los argumentos hasta ahora presentados por quienes opinan que las detenciones son parte de una política de represión oficial, se sustentan principalmente en conjeturas que si bien en los hechos son contundentes, en el análisis objetivo pierden la veracidad, toda vez que vemos el mismo discurso de hace años y que en el sexenio pasado permaneció en el cajón de los olvidos, pese a la magnitud de los excesos del tirano Pablo Abner Salazar. Solo unas pocas organizaciones de las que ahora se rasgan las vestiduras, acompañaron a los perseguidos políticos de entonces.
Ahora bien, hay algunos casos que, por los rescoldos del pasado, deben ser analizados con sumo cuidado y en eso, los organismos defensores de los derechos humanos deben actuar con extrema prudencia, en aras de preservar el derecho de la colectividad. Por ejemplo, el caso de algunos dirigentes sindicales, cuyas razones de su detención no ha sido clarificada como es debido. Para nadie es secreto que los cargos de dirigente sindical han servido para defraudar a los sindicalizados de las formas más brutales que se conozcan.
No vayamos lejos; los actuales dirigentes de las secciones Sétima y 40 del magisterio, se están sirviendo con la cuchara grande, dejando a la mayoría de los maestros, en paños menores, sin un centavo. Julio César Chamé Martínez, por ejemplo, de ser un maestrito de baja denominación, hoy construye una mansión en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez y frente a ésta, un edificio particular para lo que se tomó la ilegal libertad de cerrar toda una calle para no entorpecer los trabajos de construcción. El de la sección 7, igual, llevándose el dinero de los trabajadores. Y si revisamos a muchos exsecretarios generales de esos sindicatos, todos han abusado de sus cargos y dejado a sus compañeros en la ruina.
Podría estar ahí una explicación a las detenciones de Misael Palma y Zavaleta, acusados también de excederse en sus funciones cuando estuvieron al frente de sus respectivos sindicatos.
Esto nos lleva, irremediablemente, a una revisión del sistema sindical en Chiapas. Y también a la reflexión sobre las relaciones de los dirigentes sindicales con las autoridades, pero también, a exigir que los sindicatos sean debidamente fiscalizados para evitar que la acción de la justicia por sus fraudes, se convierta en pretexto de algunos para alborotar al gallinero.
Muchos dirigentes campesinos (no todos, aclaro y reteaclaro) también andan por los senderos de la corrupción; ¿a cuántos dirigentes no he conocido que arman su borlote, negocian su buena paga, se van y dejan a los campesinos igual o peor de jodidos a como estaban?
Ahí están Mario Landeros, el famoso Jarcocho, el tal Zunun; de humildes y sufridos “líderes campesinos”, pasaron a ser terratenientes en otros estados; Juanita Palomares y su marido, hoy son empresarios del turismo ecológico. Y los campesinos a los que en su momento utilizaron, ahí están, pobres y hambrientos. Recuerdo cómo, a los pocos días del levantamiento armado del EZLN, personeros del entonces presidente Carlos Salinas y el exgobernador de facto, Javier López Moreno, en la habitación de un hotel de San Cristóbal de las Casas, entregaban fardos de billetes a los “dirigentes” campesinos, supuestamente para repartir en las comunidades y ¿qué pasó? ¡Nada! Nunca llegó a las manos de quienes en ese momento lo necesitaban. Y eso no me lo contaron, lo ví.
De tal manera pues que debe prevalecer la cordura, el respeto pero sobre todo, la responsabilidad social de quienes tienen el ineludible deber de defender a los detenidos. Creo, desde mi modesto punto de vista, que un organismo defensor de los derechos humanos, debe solamente intervenir para evitar malos tratos y vejaciones contra los detenidos y no tomar partido por ninguno de los contendientes. He leído con preocupación que algunos organismos exigen, no recomiendan; gritan, no dialogan, manotean, no tienden la mano. Otros, condenan como si fuesen jueces por obligación.
Debe prevalecer la sensatez. Y no caer en paranoias y descalificaciones que pueden tener una explicación lógica y además, una solución digna, si los razonamientos cuentan con el peso específico para ello. La ley y la justicia no pueden estar sobre el delgado hilo de los intereses, las fobias y las ganas de provocar por provocar.
Tarjetero
*** Que policías gringos investigarán lo del coche-bomba de Ciudad Juárez. ¿No lo hemos dicho? Calderón, como el subcomandante Marcos, mandó a la guerra a los policías sin más armas que la vida para darla en medio del fuego. ¡Tienen qué venir los gringos para que el asunto camine! *** Que Arely Madrid dejó la dirigencia del PRI para asumir, en breve, la del Congreso, en la nueva conformación de éste. En su lugar queda Aquiles Espinosa. ¡Vaya! Ya se la merecía el buen Aquiles, quien además, será diputado local. Y ojalá, el nuevo dirigente priísta cambie un poco las cosas. Y ordene una auditoría porque la señora, dejó todo patas arriba. Y pobre Congreso, porque en manos de ella va a ser un desastre. *** Otra endeudada la del país: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) otorgó un préstamo de 500 millones de dólares a México. ¿Hasta cuándo dejará Calderón de endeudar al país? *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Prudencia, no rasgaduras de vestidos
Los últimos días han estado marcados por las detenciones de algunos dirigentes sociales, lo que ha desatado críticas de algunos sectores afines a los detenidos; las acusaciones contra las autoridades responsables de tales hechos son variadas e incluso, algunas rayan en la descalificación a priori, sin que ello les reste razones sociales para expresarlas. En eso, la Procuraduría de Justicia está en la obligación moral de explicar a detalle las motivaciones de cada detención pues solo de esa forma la sociedad podrá tener elementos sustanciales para fundar su crítica o cualquier otra postura que se derive de esos hechos.
Los argumentos hasta ahora presentados por quienes opinan que las detenciones son parte de una política de represión oficial, se sustentan principalmente en conjeturas que si bien en los hechos son contundentes, en el análisis objetivo pierden la veracidad, toda vez que vemos el mismo discurso de hace años y que en el sexenio pasado permaneció en el cajón de los olvidos, pese a la magnitud de los excesos del tirano Pablo Abner Salazar. Solo unas pocas organizaciones de las que ahora se rasgan las vestiduras, acompañaron a los perseguidos políticos de entonces.
Ahora bien, hay algunos casos que, por los rescoldos del pasado, deben ser analizados con sumo cuidado y en eso, los organismos defensores de los derechos humanos deben actuar con extrema prudencia, en aras de preservar el derecho de la colectividad. Por ejemplo, el caso de algunos dirigentes sindicales, cuyas razones de su detención no ha sido clarificada como es debido. Para nadie es secreto que los cargos de dirigente sindical han servido para defraudar a los sindicalizados de las formas más brutales que se conozcan.
No vayamos lejos; los actuales dirigentes de las secciones Sétima y 40 del magisterio, se están sirviendo con la cuchara grande, dejando a la mayoría de los maestros, en paños menores, sin un centavo. Julio César Chamé Martínez, por ejemplo, de ser un maestrito de baja denominación, hoy construye una mansión en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez y frente a ésta, un edificio particular para lo que se tomó la ilegal libertad de cerrar toda una calle para no entorpecer los trabajos de construcción. El de la sección 7, igual, llevándose el dinero de los trabajadores. Y si revisamos a muchos exsecretarios generales de esos sindicatos, todos han abusado de sus cargos y dejado a sus compañeros en la ruina.
Podría estar ahí una explicación a las detenciones de Misael Palma y Zavaleta, acusados también de excederse en sus funciones cuando estuvieron al frente de sus respectivos sindicatos.
Esto nos lleva, irremediablemente, a una revisión del sistema sindical en Chiapas. Y también a la reflexión sobre las relaciones de los dirigentes sindicales con las autoridades, pero también, a exigir que los sindicatos sean debidamente fiscalizados para evitar que la acción de la justicia por sus fraudes, se convierta en pretexto de algunos para alborotar al gallinero.
Muchos dirigentes campesinos (no todos, aclaro y reteaclaro) también andan por los senderos de la corrupción; ¿a cuántos dirigentes no he conocido que arman su borlote, negocian su buena paga, se van y dejan a los campesinos igual o peor de jodidos a como estaban?
Ahí están Mario Landeros, el famoso Jarcocho, el tal Zunun; de humildes y sufridos “líderes campesinos”, pasaron a ser terratenientes en otros estados; Juanita Palomares y su marido, hoy son empresarios del turismo ecológico. Y los campesinos a los que en su momento utilizaron, ahí están, pobres y hambrientos. Recuerdo cómo, a los pocos días del levantamiento armado del EZLN, personeros del entonces presidente Carlos Salinas y el exgobernador de facto, Javier López Moreno, en la habitación de un hotel de San Cristóbal de las Casas, entregaban fardos de billetes a los “dirigentes” campesinos, supuestamente para repartir en las comunidades y ¿qué pasó? ¡Nada! Nunca llegó a las manos de quienes en ese momento lo necesitaban. Y eso no me lo contaron, lo ví.
De tal manera pues que debe prevalecer la cordura, el respeto pero sobre todo, la responsabilidad social de quienes tienen el ineludible deber de defender a los detenidos. Creo, desde mi modesto punto de vista, que un organismo defensor de los derechos humanos, debe solamente intervenir para evitar malos tratos y vejaciones contra los detenidos y no tomar partido por ninguno de los contendientes. He leído con preocupación que algunos organismos exigen, no recomiendan; gritan, no dialogan, manotean, no tienden la mano. Otros, condenan como si fuesen jueces por obligación.
Debe prevalecer la sensatez. Y no caer en paranoias y descalificaciones que pueden tener una explicación lógica y además, una solución digna, si los razonamientos cuentan con el peso específico para ello. La ley y la justicia no pueden estar sobre el delgado hilo de los intereses, las fobias y las ganas de provocar por provocar.
Tarjetero
*** Que policías gringos investigarán lo del coche-bomba de Ciudad Juárez. ¿No lo hemos dicho? Calderón, como el subcomandante Marcos, mandó a la guerra a los policías sin más armas que la vida para darla en medio del fuego. ¡Tienen qué venir los gringos para que el asunto camine! *** Que Arely Madrid dejó la dirigencia del PRI para asumir, en breve, la del Congreso, en la nueva conformación de éste. En su lugar queda Aquiles Espinosa. ¡Vaya! Ya se la merecía el buen Aquiles, quien además, será diputado local. Y ojalá, el nuevo dirigente priísta cambie un poco las cosas. Y ordene una auditoría porque la señora, dejó todo patas arriba. Y pobre Congreso, porque en manos de ella va a ser un desastre. *** Otra endeudada la del país: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) otorgó un préstamo de 500 millones de dólares a México. ¿Hasta cuándo dejará Calderón de endeudar al país? *** Luego nos leemos.
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