A cuadro
Guatemala, Centroamérica. Junio 01.- La ayuda humanitaria empieza a fluir pese a lo difícil que supone transitar por algunas zonas afectadas, los vecinos se han unido para limpiar el lodo y las piedras arrojados por las correntadas, y las muestras de solidaridad y heroísmo se multiplican por todo el país.
En el municipio de La Unión, departamento de Zacapa, los pobladores, quienes fueron golpeados en 2008 por la tormenta Dolly, no se lo pensaron dos veces para salir en ayuda de sus vecinos de Gualán y llevar comida y ropa a los más de 500 damnificados por la crecida de un río.
"No pensamos dos veces en ayudar a los gualantecos, todavía llevamos en la mente toda la ayuda que ello nos dieron en el desastre en 2008 y la gente del municipio de inmediato llevo su colaboración para traerla hasta aquí", dijo Francis Salguero Alcalde de La Unión.
En el caserío Chimichayá, de San José Poaquil, Chimaltenango, los vecinos se unieron para levantar los escombros y el lodo y recuperar los cadáveres de 5 personas que fueron arrastradas por un alud.
Todo el caserío colaboró, con el poco dinero que tienen, para comprar ataudes, alimentar a los deudos y organizar el servicio religioso.
La familia Buc Tepaz, en el caserío La Vega, de Santa Apolonia, Chimaltenango, se quedó sin nada, sin embrago no están solos; los vecinos los acogieron en sus casas mientras logran hacerse de un cobijo temporal propio.
Miles claman por ayuda
Los gestos humanitarios y de solidaridad se suman al llanto por los amigos y familiares muertos o desaparecidos, el clamor por ayuda y comida y el temor a los nefastos pronósticos de lluvias, las cuales regresarán el jueves, y las continúas explosiones del Pacaya.
Las autoridades han pronosticado que este invierno, que comprende de mayo a octubre, y que apenas comienza, será el más lluvioso de los últimos años.
Hasta ahora, el saldo trágico de "Agatha" en Guatemala es de 152 muertos, cien desaparecidos y 87 heridos, según los organismos de rescate.
En las zonas de la costa sur y en el altiplano del país, a pesar de que las lluvias han cesado, continúan registrándose derrumbes, lo cual incrementa el temor e intranquilidad entre los vecinos. Hoy por la mañanala el paso por la carretera Interamericana quedó de nuevo interrumpido por un derrumbe en el kilómetro 129, jurisdicción de Sololá.
"No podemos dormir en paz, porque nos da miedo de que en cualquier momento pueda producirse otro derrumbe", comentan vecinos de San Antonio palopó, un poblado de Sololá, cercano al bello lago Atitlán.
En la capital la situación también es complicada, según la Conred, casi 1,000 viviendas construidas con láminas de metal y madera corren peligro debido a que están en las laderas de barrancos, propensas a derrumbes.
"Estos asentamientos han sido declarados de alto riesgo pero sus habitantes se niegan a abandonarlos", se justifica un funcionario de la municipalidad.
Pero lo más sorprendente es lo que pasó en un barrio residencial del norte de la capital, en la zona 2, donde las lluvias causaron la apertura de un cráter de unos 20 metros de diámetro por 60 de profundidad en plena calle, el cual, como si de una licuadora se tratara se "tragó" una vivienda de tres niveles, en donde funcionaba una fábrica de ropa.
Grandes extensiones de cultivos agrícolas, de plantas ornamentales y criaderos de camarones, entre otros, se han perdido por las severas inundaciones, lo que ha provocado que se disparen los precios de estos productos en los mercados de la capital.
Pero Guatemala no está sola y en las últimas horas la ayuda internacional ha empezado a llegar desde países como Estados Unidos, Cuba, Colombia, México, España y Brasil, entre otros. Lo que falta ahora es que las autoridades puedan poner a funcionar un puente aéreo que distribuya la ayuda a las áreas afectadas. (Retomado del periódico Prensa Libre)
En el municipio de La Unión, departamento de Zacapa, los pobladores, quienes fueron golpeados en 2008 por la tormenta Dolly, no se lo pensaron dos veces para salir en ayuda de sus vecinos de Gualán y llevar comida y ropa a los más de 500 damnificados por la crecida de un río.
"No pensamos dos veces en ayudar a los gualantecos, todavía llevamos en la mente toda la ayuda que ello nos dieron en el desastre en 2008 y la gente del municipio de inmediato llevo su colaboración para traerla hasta aquí", dijo Francis Salguero Alcalde de La Unión.
En el caserío Chimichayá, de San José Poaquil, Chimaltenango, los vecinos se unieron para levantar los escombros y el lodo y recuperar los cadáveres de 5 personas que fueron arrastradas por un alud.
Todo el caserío colaboró, con el poco dinero que tienen, para comprar ataudes, alimentar a los deudos y organizar el servicio religioso.
La familia Buc Tepaz, en el caserío La Vega, de Santa Apolonia, Chimaltenango, se quedó sin nada, sin embrago no están solos; los vecinos los acogieron en sus casas mientras logran hacerse de un cobijo temporal propio.
Miles claman por ayuda
Los gestos humanitarios y de solidaridad se suman al llanto por los amigos y familiares muertos o desaparecidos, el clamor por ayuda y comida y el temor a los nefastos pronósticos de lluvias, las cuales regresarán el jueves, y las continúas explosiones del Pacaya.
Las autoridades han pronosticado que este invierno, que comprende de mayo a octubre, y que apenas comienza, será el más lluvioso de los últimos años.
Hasta ahora, el saldo trágico de "Agatha" en Guatemala es de 152 muertos, cien desaparecidos y 87 heridos, según los organismos de rescate.
En las zonas de la costa sur y en el altiplano del país, a pesar de que las lluvias han cesado, continúan registrándose derrumbes, lo cual incrementa el temor e intranquilidad entre los vecinos. Hoy por la mañanala el paso por la carretera Interamericana quedó de nuevo interrumpido por un derrumbe en el kilómetro 129, jurisdicción de Sololá.
"No podemos dormir en paz, porque nos da miedo de que en cualquier momento pueda producirse otro derrumbe", comentan vecinos de San Antonio palopó, un poblado de Sololá, cercano al bello lago Atitlán.
En la capital la situación también es complicada, según la Conred, casi 1,000 viviendas construidas con láminas de metal y madera corren peligro debido a que están en las laderas de barrancos, propensas a derrumbes.
"Estos asentamientos han sido declarados de alto riesgo pero sus habitantes se niegan a abandonarlos", se justifica un funcionario de la municipalidad.
Pero lo más sorprendente es lo que pasó en un barrio residencial del norte de la capital, en la zona 2, donde las lluvias causaron la apertura de un cráter de unos 20 metros de diámetro por 60 de profundidad en plena calle, el cual, como si de una licuadora se tratara se "tragó" una vivienda de tres niveles, en donde funcionaba una fábrica de ropa.
Grandes extensiones de cultivos agrícolas, de plantas ornamentales y criaderos de camarones, entre otros, se han perdido por las severas inundaciones, lo que ha provocado que se disparen los precios de estos productos en los mercados de la capital.
Pero Guatemala no está sola y en las últimas horas la ayuda internacional ha empezado a llegar desde países como Estados Unidos, Cuba, Colombia, México, España y Brasil, entre otros. Lo que falta ahora es que las autoridades puedan poner a funcionar un puente aéreo que distribuya la ayuda a las áreas afectadas. (Retomado del periódico Prensa Libre)
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