Angel Mario Ksheratto
Maestros abusivos
Todo puede ser admisible en un movimiento de protesta, siempre y cuando no se trasgreda el derecho de terceros; el plantón de presuntos maestros —digo “presuntos” porque su comportamiento revela condiciones de cultura y educación muy por encima de los valores humanos— que ha estado por varios días en el centro de la ciudad, no solo provoca desbarajustes a la vida cotidiana de los capitalinos y ciudadanos que vienen de otros municipios a realizar trámites y otros mandados a Tuxtla, sino que perturba ostensiblemente cualquier posibilidad de respeto y tolerancia en el área tomada por éstos.
Ya de por sí, la provisional presencia del mercado “Díaz Ordaz” desata olores nauseabundos; la presencia de los maistros, agrava la situación con olores a meados, popó y sobacos y por si fuera poco, la escasa sensibilidad de éstos para dirigirse a la gente que por angas o por mangas, tiene qué pasar por ahí, principalmente, las mujeres. Ayer fuimos testigos de un hecho verdaderamente vergonzante, asqueroso:
Una dama que pasaba a un costado de la Catedral de San Marcos, fue abordada por dos sujetos que se levantaron de uno de los “campamentos” ahí instalados; la siguieron con piropos subidos de tono y sugerencias sexuales. No les hizo caso, lo que llevó a los dos patanes a apretarle las posaderas, ante lo que la dama soltó un grito. El resto de “maestros” y “maestras”, soltaron la carcajada, mientras los dos agresores corrieron a refugiarse a su “campamento”. Inaceptable, asqueroso, brutal.
Con ello comprobamos que cada vez más, los llamados “maestros” caen en excesos y patanerías que deben ser reprobadas por el resto de la sociedad. Sabemos que su escasa cultura, su poca educación —¡Vaya! Y son los encargados de educar a nuestros hijos— es causante de actos bochornosos y condenables; sabemos que su poco conocimiento de las más elementales normas de convivencia social, no les permiten abrir un abanico de posibilidades de respeto a los demás. Nos lo han demostrado cada vez que se les ocurre hacer plantones. Pero de eso a que abusen amparados en la impunidad del montón, nos da la razón para exigir que respeten a la ciudadanía.
Cuando han tenido comportamientos adecuados y sensatos, han gozado del respaldo ciudadano; pero cuando rebasan los límites del respeto a los derechos de terceros, molestan y obligan a la reprimenda, independientemente de las razones —buenas o malas— que los orillan a tomar las calles de la ciudad. No hay forma de darles apoyo, ni de brindarles el mínimo respeto. Ojalá y no vuelva a ocurrir durante el tiempo que alarguen su vagancia. Ojalá. Los chiapanecos no se merecen ese trato de quienes, se supone, deben ser ejemplo de virtudes.
¿Por qué?
Apenas nos reponemos del asesinato y posteriores mentiras y engaños oficiales en el caso Paulette Gebara, cuando surge otro caso igual de escalofriante, pero menos difundido por los grandes medios nacionales, quizá porque víctimas y victimarios, eran de condición humilde y no tuvieron los recursos para publicitar el asunto y… quizá hasta pagar a las autoridades para que nada pareciera lo que realmente fue.
Se trata del asesinato de Darién Isaí e Isis Liliana Covarrubias Moreno, asfixiados (a ver si no al rato dicen que accidentalmente, el padre los mató al darles cobijo; si éste tiene paga, por supuesto) por Javier Covarrubias, padre de los dos menores de dos años siete meses y uno y medio, respectivamente. De no ser porque Covarrubias, para tratar de de ocultar su crimen provocó una revuelta en el barrio de Tepito al haber alertado a sus habitantes del presunto secuestro de sus hijos, el caso no hubiera alcanzado cierto grado de cobertura.
Luego el asesino dijo que sus hijos habían sido recibidos en pago por una deuda de 25 mil pesos a una mujer desconocida. Hasta que él mismo confesó su delito y ayer era tema solo en unos cuantos medios, pese a la gravedad del hecho y las consecuencias que trajo su contante mentira.
Esto nos demuestra una cosa espantosa: los grandes medios nacionales, son selectivos, clasistas. Si comparamos el grado del crimen cometido por Javier Covarrubias con las sospechas que rodearon el caso Paulette, nos encontramos con verdaderas inequidades e iniquidades mediáticas que nos obligan a replantear el papel de los medios frente a la realidad e incluso, frente a los esfuerzos que, se cree, se está haciendo para lograr cambios sustanciales en el país. ¿Van, los grandes consorcios noticiosos por el camino correcto? ¿Los Gebara Farah tenían lo necesario, periodísticamente hablando, para ser motivo de grandes coberturas? ¿Qué faltó a los Covarrubias Moreno para ser casi ignorados? Da para reflexionar.
Tarjetero
*** ¿Votar o no votar? Tal es el dilema que se escucha por todos lados; la mayoría de las campañas no levantan. Los candidatos poco o nada ofertan. No hay credibilidad en los órganos electorales. Es una campaña poco atractiva. Ni a quién irle. Esperemos que el ausentismo en las urnas no sea el gran ganador. *** Si alguien se interesa, vendo perrita chihuahueña; no muerde. Ladra y taranta nomás. *** Este día, el periódico La Tarde, de Villahermosa, Tabasco, estará de aniversario. Felicidades a Toño Calcáneo por un triunfo más. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Maestros abusivos
Todo puede ser admisible en un movimiento de protesta, siempre y cuando no se trasgreda el derecho de terceros; el plantón de presuntos maestros —digo “presuntos” porque su comportamiento revela condiciones de cultura y educación muy por encima de los valores humanos— que ha estado por varios días en el centro de la ciudad, no solo provoca desbarajustes a la vida cotidiana de los capitalinos y ciudadanos que vienen de otros municipios a realizar trámites y otros mandados a Tuxtla, sino que perturba ostensiblemente cualquier posibilidad de respeto y tolerancia en el área tomada por éstos.
Ya de por sí, la provisional presencia del mercado “Díaz Ordaz” desata olores nauseabundos; la presencia de los maistros, agrava la situación con olores a meados, popó y sobacos y por si fuera poco, la escasa sensibilidad de éstos para dirigirse a la gente que por angas o por mangas, tiene qué pasar por ahí, principalmente, las mujeres. Ayer fuimos testigos de un hecho verdaderamente vergonzante, asqueroso:
Una dama que pasaba a un costado de la Catedral de San Marcos, fue abordada por dos sujetos que se levantaron de uno de los “campamentos” ahí instalados; la siguieron con piropos subidos de tono y sugerencias sexuales. No les hizo caso, lo que llevó a los dos patanes a apretarle las posaderas, ante lo que la dama soltó un grito. El resto de “maestros” y “maestras”, soltaron la carcajada, mientras los dos agresores corrieron a refugiarse a su “campamento”. Inaceptable, asqueroso, brutal.
Con ello comprobamos que cada vez más, los llamados “maestros” caen en excesos y patanerías que deben ser reprobadas por el resto de la sociedad. Sabemos que su escasa cultura, su poca educación —¡Vaya! Y son los encargados de educar a nuestros hijos— es causante de actos bochornosos y condenables; sabemos que su poco conocimiento de las más elementales normas de convivencia social, no les permiten abrir un abanico de posibilidades de respeto a los demás. Nos lo han demostrado cada vez que se les ocurre hacer plantones. Pero de eso a que abusen amparados en la impunidad del montón, nos da la razón para exigir que respeten a la ciudadanía.
Cuando han tenido comportamientos adecuados y sensatos, han gozado del respaldo ciudadano; pero cuando rebasan los límites del respeto a los derechos de terceros, molestan y obligan a la reprimenda, independientemente de las razones —buenas o malas— que los orillan a tomar las calles de la ciudad. No hay forma de darles apoyo, ni de brindarles el mínimo respeto. Ojalá y no vuelva a ocurrir durante el tiempo que alarguen su vagancia. Ojalá. Los chiapanecos no se merecen ese trato de quienes, se supone, deben ser ejemplo de virtudes.
¿Por qué?
Apenas nos reponemos del asesinato y posteriores mentiras y engaños oficiales en el caso Paulette Gebara, cuando surge otro caso igual de escalofriante, pero menos difundido por los grandes medios nacionales, quizá porque víctimas y victimarios, eran de condición humilde y no tuvieron los recursos para publicitar el asunto y… quizá hasta pagar a las autoridades para que nada pareciera lo que realmente fue.
Se trata del asesinato de Darién Isaí e Isis Liliana Covarrubias Moreno, asfixiados (a ver si no al rato dicen que accidentalmente, el padre los mató al darles cobijo; si éste tiene paga, por supuesto) por Javier Covarrubias, padre de los dos menores de dos años siete meses y uno y medio, respectivamente. De no ser porque Covarrubias, para tratar de de ocultar su crimen provocó una revuelta en el barrio de Tepito al haber alertado a sus habitantes del presunto secuestro de sus hijos, el caso no hubiera alcanzado cierto grado de cobertura.
Luego el asesino dijo que sus hijos habían sido recibidos en pago por una deuda de 25 mil pesos a una mujer desconocida. Hasta que él mismo confesó su delito y ayer era tema solo en unos cuantos medios, pese a la gravedad del hecho y las consecuencias que trajo su contante mentira.
Esto nos demuestra una cosa espantosa: los grandes medios nacionales, son selectivos, clasistas. Si comparamos el grado del crimen cometido por Javier Covarrubias con las sospechas que rodearon el caso Paulette, nos encontramos con verdaderas inequidades e iniquidades mediáticas que nos obligan a replantear el papel de los medios frente a la realidad e incluso, frente a los esfuerzos que, se cree, se está haciendo para lograr cambios sustanciales en el país. ¿Van, los grandes consorcios noticiosos por el camino correcto? ¿Los Gebara Farah tenían lo necesario, periodísticamente hablando, para ser motivo de grandes coberturas? ¿Qué faltó a los Covarrubias Moreno para ser casi ignorados? Da para reflexionar.
Tarjetero
*** ¿Votar o no votar? Tal es el dilema que se escucha por todos lados; la mayoría de las campañas no levantan. Los candidatos poco o nada ofertan. No hay credibilidad en los órganos electorales. Es una campaña poco atractiva. Ni a quién irle. Esperemos que el ausentismo en las urnas no sea el gran ganador. *** Si alguien se interesa, vendo perrita chihuahueña; no muerde. Ladra y taranta nomás. *** Este día, el periódico La Tarde, de Villahermosa, Tabasco, estará de aniversario. Felicidades a Toño Calcáneo por un triunfo más. *** Luego nos leemos.
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