Angel Mario Ksheratto
La zona zapatista, tierra de todos y de nadie
Cualquier movimiento, gesticulación e incluso, señal de buena voluntad, es el pretexto perfecto para que hordas de supuestos guerrilleros zapatistas invadan propiedades, cierren caminos, tomen posesiones y amenacen la frágil paz de las zonas Altos y Norte de Chiapas. Convertidos en mercenarios de intereses que el Gobierno Federal se niega a develar, los zapatistas encuentran con entera facilidad, motivos para perturbar a sus vecinos, indígenas pobres que a la larga, no han tenido un solo beneficio de los “logros” políticos y sociales que, se supone, ha obtenido la Comandancia General del EZLN ante organismos internacionales e incluso, del gobierno mexicano que, para mantener la precaria paz, ha sido sospechosamente omiso ante las constantes incursiones de los milicianos en comunidades que nada tienen que ver con uno y con otro.
La última invasión ezetaelenista ha ocurrido en las últimas horas en Palenque, zona arqueológica de singular importancia para México y el mundo. Ahí, según las afligidas víctimas de la brutal embestida zapatista, los presuntos guerrilleros cerraron un camino rural bajo el pretexto de defender el derecho de cinco familias de la organización “Xi-Nich”, expulsadas por razones que nadie ha podido explicar. Con la incursión, evitan, además, la construcción de endebles casuchas para los indígenas campesinos, en un predio que con mucho sacrificio lograron obtener.
Hace algunas semanas, en otra comunidad norteña, ingresaron con lujo de violencia, sacaron a los indígenas de sus casas y las destruyeron, quemando algunas de éstas, con todo y las pocas pertenencias de las víctimas dentro. En otras, el control político-militar es férreo y brutal, que nadie entra y sale, lo que puede interpretarse como un secuestro ante los ojos de todos y nadie hace nada para garantizar la vida y seguridad de los ahí retenidos contra su voluntad.
Un funcionario federal confío hace meses a Fichero Político que una de las razones por las que el Gobierno Federal no interviene es por temor a las organizaciones de “derechos humanos” que prácticamente tienen “oficinas” permanentes en las comunidades tomadas por el EZLN. Y con firmó lo que todos sabemos pero nadie se atreve a admitir como verdad: las dichosas “organizaciones” defensoras de los derechos humanos, son solo un parapeto para esconder a jóvenes europeos que han encontrado en esa zona, tierra fértil para la marihuana… Y además de tierra fértil, seguridad para cultivarla y desde luego, consumirla.
Personalmente, no creo que sea solo el cultivo y consumo de marihuana lo que mantiene a los “internacionalistas” en ésa región donde impera la ley del más fuerte. Hay evidencia de otros intereses más allá de modas juveniles importadas. Como quiera que sea, nada es pretexto para someter a otros indígenas a un régimen intolerante y brutal.
Pareciera que la dirigencia del EZLN perdió la esencia de su movimiento. Incluso, podemos asegurar que la dirigencia ha perdido el control de la milicia. Los Acuerdos de Paz avalados por ambas partes, lejos de ser fórmula para mantener la estabilidad y la paz social en la zona, se han convertido en patente de corso para cometer cualquier cantidad de abusos contra los más débiles, cuyo único delito es no pertenecer a las filas zapatistas.
La urgencia es convocar a nuevas rondas de conversaciones para delimitar las acciones casi terroristas de las milicias sueltas del EZLN. Y digo “terroristas” porque no creo que los indígenas vapuleados por las bandas armadas, disfruten las formas de sometimiento y despojo de las que son víctimas. Se aterrorizan, viven con miedo, con temor constante y eso, señores, es terrorismo.
Deben, el Gobierno Federal y la Comandancia General del EZLN, encontrar mecanismos de control, confianza y mejor convivencia en esa zona. De lo contrario, se corre el riesgo de enfrentamientos y eso no conviene a ninguna de las partes. Nadie está a favor de la utilización de la fuerza para encontrar soluciones. Para eso está el diálogo, el entendimiento. Los zapatistas deben retomar sus principios y trabajar por los indígenas y no aterrorizarlos, no obligarlos a nada. La lucha zapatista es, se supone, para la libertad, no para el sometimiento. Si persisten en utilizar las armas, el terror y la fuerza, entonces que no nos atiborren con discursos bonitos.
Tarjetero
*** En Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, el desenlace de las elecciones parece estar decidido, a juzgar por el apoyo que hemos visto de los aspirantes a gobernar dichas ciudades. Aquí, donde los baches son reyes, Yassir Vázquez lleva delantera; su propuesta es sencilla. Nada más allá de lo que en año y ocho meses se puede hacer. Es decir, ha limitado su ofrecimiento a la realidad y no ha especulado con imposibles. Eso llama la atención y da un poco de confianza. Yassir es un muchacho joven, puede ser inexperto, pero ha podido conjuntar su juventud con la voluntad de mantener los pies sobre la tierra. Eso basta para considerarlo, hasta ahora, el mejor prospecto. Y la gente lo ha entendido, tan es así que sus mítines son concurridos. Igual sucede en Tapachula con otro joven que no ha surgido de ahora, sino que ha trabajado desde hace muchos años en colonias y barrios de aquella ciudad. Neftalí del Toro, quien recientemente dejó una curul en el Congreso, ha podido convencer al electorado, pese a que dinero sucio y proveniente de agentes pablistas, está corriendo como cascadas a favor del candidato de la alianza. Emmanuel Nivón (“Bribón”, le llaman ya, en Tapachula) no ha hecho más actos de campaña que espiar a los otros rivales. Si el voto es limpio, como hemos dicho siempre, los resultados los veremos con claridad, el domingo, 4 de julio, después de las 6 de la tarde. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
La zona zapatista, tierra de todos y de nadie
Cualquier movimiento, gesticulación e incluso, señal de buena voluntad, es el pretexto perfecto para que hordas de supuestos guerrilleros zapatistas invadan propiedades, cierren caminos, tomen posesiones y amenacen la frágil paz de las zonas Altos y Norte de Chiapas. Convertidos en mercenarios de intereses que el Gobierno Federal se niega a develar, los zapatistas encuentran con entera facilidad, motivos para perturbar a sus vecinos, indígenas pobres que a la larga, no han tenido un solo beneficio de los “logros” políticos y sociales que, se supone, ha obtenido la Comandancia General del EZLN ante organismos internacionales e incluso, del gobierno mexicano que, para mantener la precaria paz, ha sido sospechosamente omiso ante las constantes incursiones de los milicianos en comunidades que nada tienen que ver con uno y con otro.
La última invasión ezetaelenista ha ocurrido en las últimas horas en Palenque, zona arqueológica de singular importancia para México y el mundo. Ahí, según las afligidas víctimas de la brutal embestida zapatista, los presuntos guerrilleros cerraron un camino rural bajo el pretexto de defender el derecho de cinco familias de la organización “Xi-Nich”, expulsadas por razones que nadie ha podido explicar. Con la incursión, evitan, además, la construcción de endebles casuchas para los indígenas campesinos, en un predio que con mucho sacrificio lograron obtener.
Hace algunas semanas, en otra comunidad norteña, ingresaron con lujo de violencia, sacaron a los indígenas de sus casas y las destruyeron, quemando algunas de éstas, con todo y las pocas pertenencias de las víctimas dentro. En otras, el control político-militar es férreo y brutal, que nadie entra y sale, lo que puede interpretarse como un secuestro ante los ojos de todos y nadie hace nada para garantizar la vida y seguridad de los ahí retenidos contra su voluntad.
Un funcionario federal confío hace meses a Fichero Político que una de las razones por las que el Gobierno Federal no interviene es por temor a las organizaciones de “derechos humanos” que prácticamente tienen “oficinas” permanentes en las comunidades tomadas por el EZLN. Y con firmó lo que todos sabemos pero nadie se atreve a admitir como verdad: las dichosas “organizaciones” defensoras de los derechos humanos, son solo un parapeto para esconder a jóvenes europeos que han encontrado en esa zona, tierra fértil para la marihuana… Y además de tierra fértil, seguridad para cultivarla y desde luego, consumirla.
Personalmente, no creo que sea solo el cultivo y consumo de marihuana lo que mantiene a los “internacionalistas” en ésa región donde impera la ley del más fuerte. Hay evidencia de otros intereses más allá de modas juveniles importadas. Como quiera que sea, nada es pretexto para someter a otros indígenas a un régimen intolerante y brutal.
Pareciera que la dirigencia del EZLN perdió la esencia de su movimiento. Incluso, podemos asegurar que la dirigencia ha perdido el control de la milicia. Los Acuerdos de Paz avalados por ambas partes, lejos de ser fórmula para mantener la estabilidad y la paz social en la zona, se han convertido en patente de corso para cometer cualquier cantidad de abusos contra los más débiles, cuyo único delito es no pertenecer a las filas zapatistas.
La urgencia es convocar a nuevas rondas de conversaciones para delimitar las acciones casi terroristas de las milicias sueltas del EZLN. Y digo “terroristas” porque no creo que los indígenas vapuleados por las bandas armadas, disfruten las formas de sometimiento y despojo de las que son víctimas. Se aterrorizan, viven con miedo, con temor constante y eso, señores, es terrorismo.
Deben, el Gobierno Federal y la Comandancia General del EZLN, encontrar mecanismos de control, confianza y mejor convivencia en esa zona. De lo contrario, se corre el riesgo de enfrentamientos y eso no conviene a ninguna de las partes. Nadie está a favor de la utilización de la fuerza para encontrar soluciones. Para eso está el diálogo, el entendimiento. Los zapatistas deben retomar sus principios y trabajar por los indígenas y no aterrorizarlos, no obligarlos a nada. La lucha zapatista es, se supone, para la libertad, no para el sometimiento. Si persisten en utilizar las armas, el terror y la fuerza, entonces que no nos atiborren con discursos bonitos.
Tarjetero
*** En Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, el desenlace de las elecciones parece estar decidido, a juzgar por el apoyo que hemos visto de los aspirantes a gobernar dichas ciudades. Aquí, donde los baches son reyes, Yassir Vázquez lleva delantera; su propuesta es sencilla. Nada más allá de lo que en año y ocho meses se puede hacer. Es decir, ha limitado su ofrecimiento a la realidad y no ha especulado con imposibles. Eso llama la atención y da un poco de confianza. Yassir es un muchacho joven, puede ser inexperto, pero ha podido conjuntar su juventud con la voluntad de mantener los pies sobre la tierra. Eso basta para considerarlo, hasta ahora, el mejor prospecto. Y la gente lo ha entendido, tan es así que sus mítines son concurridos. Igual sucede en Tapachula con otro joven que no ha surgido de ahora, sino que ha trabajado desde hace muchos años en colonias y barrios de aquella ciudad. Neftalí del Toro, quien recientemente dejó una curul en el Congreso, ha podido convencer al electorado, pese a que dinero sucio y proveniente de agentes pablistas, está corriendo como cascadas a favor del candidato de la alianza. Emmanuel Nivón (“Bribón”, le llaman ya, en Tapachula) no ha hecho más actos de campaña que espiar a los otros rivales. Si el voto es limpio, como hemos dicho siempre, los resultados los veremos con claridad, el domingo, 4 de julio, después de las 6 de la tarde. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
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