Angel Mario Ksheratto
La “izquierda” en Chiapas
Con un dirigente desubicado, la “izquierda” chiapaneca se apresta a instalar su particular cochinero electoral interno, en medio de presiones, gritos, sombrerazos y sospechas de acciones antidemocráticas que pintan de cuerpo entero a una corriente sin ideas ni ideología, sin perspectiva ni proyecciones fundamentadas. Es la llamada “izquierda”, conformada en su mayoría por muchachitos inescrupulosos, buenos aprendices de las manías que fueron recogiendo de quienes secuestraron a esa tendencia más con fines de lucro que con intenciones de salvar al país de las garras de politiqueros ambiciosos.
A nivel nacional, lastima a la sociedad el espectáculo circense con que los de “izquierda” pretenden imponer sus métodos de lucha; a gritos destemplados y sin ninguna propuesta inteligente, pretenden desbarrancar al país, argumentando sin razonar, peleándose entre sí y buscando en los escombros de la bazofia que ellos mismos han tirado los pretextos para desalinear a una militancia crédula, pero al mismo tiempo, cansada de payasadas y fanfarronerías que van más allá de la lógica de un grupo que nació impedido para hacerse respetar.
Y sin hablamos de Chiapas, vemos a un “dirigente” de la izquierda venido a menos, con un pasado en la ultraderecha de junior’s y otro, en la tendencia ecologista, de la que no aprendió ni el nombre científico de la pochota, árbol en el centro de Chiapa de Corzo donde suele terminar sus farras de muchachito consentido. Alejandro Gamboa López, niñato malcriado de los partiditos políticos, violando los estatutos del PRD, alcanzó el cargo mediante prácticas fraudulentas que la dirigencia nacional decidió solapar para coronar el cochinero en que se debate esa llamada “institución política”. Desde su llegada, dicen los pocos militantes perredistas, pocas veces se le ha visto en sus oficinas; suele estar más en cubículos de las dependencias oficiales, buscando amigos dispuestos a saciar su sed de protagonismo socialero.
Con todo y eso, busca imponer en la mayoría de municipios a incondicionales suyos para asumir cargos de dirigencia, cuya finalidad, se dice en círculos muy cercanos a Gamboa, es allanar el camino para que Rubén Velázquez, corrupto exsecretario de gobierno durante la dictadura pablista, acceda con facilidad a la candidatura del PRD para suceder a Juan Sabines, en el año 2012. De ése tamaño es la ambición del “dirigente” perredista, quien con amenazas, intenta obligar a los perredistas a votar por los hombres y mujeres que pretende elevar a cargos partidistas municipales.
Lo que todos se preguntan es de dónde sacaron a quien ahora manipula lo poco que queda del partido del sol azteca. Nunca ha estado en ninguna marcha ciudadana exigiendo respeto a los derechos humanos; jamás ha acudido a una oficina de gobierno a exigir mejoras para la clase obrera; tampoco se le ha visto acompañando a los campesinos en su eterna lucha por la tierra, ni ha dado su respaldo a los estudiantes que exigen excelencia académica. Nunca ha saboreado las hieles de estar en la oposición; es, eso sí, un arribista embarazado de oportunismo y dispuesto a traicionar (como lo hizo con otros políticos que le dieron la oportunidad de servirse del erario público) a quien confió en él.
Tristemente, el PRD ha dejado de ser una opción política en Chiapas. Sin capacidad de respuesta y bajo un esquema de intolerancia absoluta, camina irremediablemente a un nuevo cochinero, a otra revolcada de la que pocos saldrán limpios. La izquierda ha dejado de significar un oasis en medio del desierto al que los partidos han llevado a la sociedad. No es más que la reunión de un grupo de rijosos, impostores e incompetentes que buscan agenciarse de espacios olvidados, llevados a lamentables condiciones de desorden. ¿Es posible creer en el PRD dirigido por un ultraizquierdista? ¿Podrán, sus militantes, confiar en una elección pulcra, decente, democrática? Francamente, parece que nadie está en condiciones de creer y confiar; no hasta que haya una dirigencia real, verdaderamente de izquierda y no ahora que solo es una burda simulación que raya en lo ridículo y rebasa los límites del abuso.
Tarjetero
*** Lo que faltaba: se robaron más de mil cheques destinados a pagar la liquidación de los nuevos desempleados de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Como que a Calderón, hasta los enanos le crecen. *** La asunción de Carlos Pedrero Rodríguez a la dirigencia del Congreso, no puede ser vista con halago, salvo por quienes esperan de él, bonos extraordinarios, como los mismos diputados, por ejemplo. Habrá qué esperar que el cargo no le quede a modo para incentivar negocios personales o familiares, como sucede con el Patronato de la Feria Chiapas, donde desde ahora, se ven enormes lagunas administrativas, imposibles de superar hasta en tanto, el proteccionismo no sea derrumbado. Hay que esperar; dar tiempo al tiempo. *** Por cierto, Carlos Penagos, diputado por uno de esos partiditos sin representatividad, dice que la llegada de Pedrero, es el gran logro de la juventud. Estamos de acuerdo, pero… Ser joven no exenta a nadie de ser juzgado por la sociedad. Se pueden cometer errores por la novatez, pero no se les puede permitir cometerlos dos veces; eso ya es estupidez. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
La “izquierda” en Chiapas
Con un dirigente desubicado, la “izquierda” chiapaneca se apresta a instalar su particular cochinero electoral interno, en medio de presiones, gritos, sombrerazos y sospechas de acciones antidemocráticas que pintan de cuerpo entero a una corriente sin ideas ni ideología, sin perspectiva ni proyecciones fundamentadas. Es la llamada “izquierda”, conformada en su mayoría por muchachitos inescrupulosos, buenos aprendices de las manías que fueron recogiendo de quienes secuestraron a esa tendencia más con fines de lucro que con intenciones de salvar al país de las garras de politiqueros ambiciosos.
A nivel nacional, lastima a la sociedad el espectáculo circense con que los de “izquierda” pretenden imponer sus métodos de lucha; a gritos destemplados y sin ninguna propuesta inteligente, pretenden desbarrancar al país, argumentando sin razonar, peleándose entre sí y buscando en los escombros de la bazofia que ellos mismos han tirado los pretextos para desalinear a una militancia crédula, pero al mismo tiempo, cansada de payasadas y fanfarronerías que van más allá de la lógica de un grupo que nació impedido para hacerse respetar.
Y sin hablamos de Chiapas, vemos a un “dirigente” de la izquierda venido a menos, con un pasado en la ultraderecha de junior’s y otro, en la tendencia ecologista, de la que no aprendió ni el nombre científico de la pochota, árbol en el centro de Chiapa de Corzo donde suele terminar sus farras de muchachito consentido. Alejandro Gamboa López, niñato malcriado de los partiditos políticos, violando los estatutos del PRD, alcanzó el cargo mediante prácticas fraudulentas que la dirigencia nacional decidió solapar para coronar el cochinero en que se debate esa llamada “institución política”. Desde su llegada, dicen los pocos militantes perredistas, pocas veces se le ha visto en sus oficinas; suele estar más en cubículos de las dependencias oficiales, buscando amigos dispuestos a saciar su sed de protagonismo socialero.
Con todo y eso, busca imponer en la mayoría de municipios a incondicionales suyos para asumir cargos de dirigencia, cuya finalidad, se dice en círculos muy cercanos a Gamboa, es allanar el camino para que Rubén Velázquez, corrupto exsecretario de gobierno durante la dictadura pablista, acceda con facilidad a la candidatura del PRD para suceder a Juan Sabines, en el año 2012. De ése tamaño es la ambición del “dirigente” perredista, quien con amenazas, intenta obligar a los perredistas a votar por los hombres y mujeres que pretende elevar a cargos partidistas municipales.
Lo que todos se preguntan es de dónde sacaron a quien ahora manipula lo poco que queda del partido del sol azteca. Nunca ha estado en ninguna marcha ciudadana exigiendo respeto a los derechos humanos; jamás ha acudido a una oficina de gobierno a exigir mejoras para la clase obrera; tampoco se le ha visto acompañando a los campesinos en su eterna lucha por la tierra, ni ha dado su respaldo a los estudiantes que exigen excelencia académica. Nunca ha saboreado las hieles de estar en la oposición; es, eso sí, un arribista embarazado de oportunismo y dispuesto a traicionar (como lo hizo con otros políticos que le dieron la oportunidad de servirse del erario público) a quien confió en él.
Tristemente, el PRD ha dejado de ser una opción política en Chiapas. Sin capacidad de respuesta y bajo un esquema de intolerancia absoluta, camina irremediablemente a un nuevo cochinero, a otra revolcada de la que pocos saldrán limpios. La izquierda ha dejado de significar un oasis en medio del desierto al que los partidos han llevado a la sociedad. No es más que la reunión de un grupo de rijosos, impostores e incompetentes que buscan agenciarse de espacios olvidados, llevados a lamentables condiciones de desorden. ¿Es posible creer en el PRD dirigido por un ultraizquierdista? ¿Podrán, sus militantes, confiar en una elección pulcra, decente, democrática? Francamente, parece que nadie está en condiciones de creer y confiar; no hasta que haya una dirigencia real, verdaderamente de izquierda y no ahora que solo es una burda simulación que raya en lo ridículo y rebasa los límites del abuso.
Tarjetero
*** Lo que faltaba: se robaron más de mil cheques destinados a pagar la liquidación de los nuevos desempleados de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Como que a Calderón, hasta los enanos le crecen. *** La asunción de Carlos Pedrero Rodríguez a la dirigencia del Congreso, no puede ser vista con halago, salvo por quienes esperan de él, bonos extraordinarios, como los mismos diputados, por ejemplo. Habrá qué esperar que el cargo no le quede a modo para incentivar negocios personales o familiares, como sucede con el Patronato de la Feria Chiapas, donde desde ahora, se ven enormes lagunas administrativas, imposibles de superar hasta en tanto, el proteccionismo no sea derrumbado. Hay que esperar; dar tiempo al tiempo. *** Por cierto, Carlos Penagos, diputado por uno de esos partiditos sin representatividad, dice que la llegada de Pedrero, es el gran logro de la juventud. Estamos de acuerdo, pero… Ser joven no exenta a nadie de ser juzgado por la sociedad. Se pueden cometer errores por la novatez, pero no se les puede permitir cometerlos dos veces; eso ya es estupidez. *** Luego nos leemos.
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