
Para ello, vino de Tapachula el que era jefe político, Cipriano Becerra, en 1881, con un equipo para realizar estos trabajos.
En esta entrega de la Historia de Huixtla, presentamos brevemente el punto de partida del Nuevo Huixtla hasta el actual, que registra varios atrasos.
Corrían los años 1920 y 1930, luego de la inauguración del Casino de Huixtla y el traslado del Palacio Municipal a una galera que estaba a lado de la vieja capilla de San Francisco de Asís, que ahora ocupan las instalaciones del ayuntamiento.
Para esto, la iglesia fue edificada por instrucciones de Don Juan María Paz, para que también se construyera formalmente las instalaciones de los poderes.
El comercio, en su principio reducido a la primera calle principal, fue a su vez extendido.
Los señores Ricardo Arima y Víctor Kumagay, activos japoneses, fundaron 2 casas comerciales, de las cuales una subsiste y la otra desapareció.
Nos referimos a la tienda Arima, la cual se incendió, pero resurgió de las cenizas, aunque no logró tener una buena administración de sus dueños.
De este establecimiento, quedó la ferretera El Iman, una de las viejas tiendas conque aún cuenta nuestra ciudad.
Otros comerciantes --conforme a la monografía-histórica de Chiapas de la zona costera de Soconusco, escrito por Don Alberto C. Culebro--, de origen chino y algunos árabes, se establecieron al grado de que la población los respetaba.
Los primeros comerciantes de Huixtla fueron Don Juan María Paz, José María Noriega y Doña Dolores Solórzano, quien fue la que tuvo el primer hotel de Huixtla.
En ese entonces, se creó el 15 de Septiembre de 1919 un pequeño mercado --conforme a la recopilación de Manuel de Jesús García Guillen-- frente a la vía de ferrocarriles, pero después fue abandonado entre los años 1935 y 1937 para construir el actual que lleva por nombre Miguel Hidalgo.
El local que ocupa, fue cedido por Juan María Paz a Don José María Paz, conforme a la publicación de un periódico de Tapachula, fechado el 6 de Junio de 1964.
Aparte del principal centro de abastos de Huixtla, se cuenta con el Tianguis El Carmen, que esta a cuadradas arribas del mismo, y el San Juanito, que se encuentra a la salida. Ambos, no cuentan con gran número de locatarios, pues los huixtlecos siguen prefiriendo el mercado viejo.
La casa del tren ya era la primera en toda La Costa Chiapaneca, aunque después mejoraron su inmueble. En contraste en la actualidad, que está totalmente abandonado y utilizado como refugio de teporochos y malvivientes.
La primera planta eléctrica que tuvo la ciudad de la piedra fue obra del experto Don Alberto Sieber, quien con la colaboración del señor Manuel Armendáriz, logró instalarla a las cercanías del Río Huixtla, en donde se construyó el primer muro de contención.
Por lo cual no fue estable, ante la inseguridad que representaba encontrarse en las inmediaciones del afluente, hasta que la trasladaron frente a la entrada de la Colonia 29 de Diciembre --que pertenece al municipio de Tuzantán--, rumbo a la carretera a Motozintla.
Fue proporcionada por la Compañía Comercial Japonesa Mexicana, desde el 31 de Diciembre de 1913 hasta 1915, pues por los elevados costos, la empresa ya no sufragó los gastos.
Se dan los servicios como agua entubada entre 1940 y 1945, como la instalación del drenaje y la pavimentación de sus calles, los edificios modernizados y el interés de varios hombres de empresas, como fue el caso de Esteban Molano que fue el fundador del Hotel que lleva el mismo apellido, quienes crearon establecimientos de lujo.
También nuestra ciudad fue conocida ya en su modernidad por el reloj que colgaba arriba de las desaparecidas instalaciones del ayuntamiento.
Fue un regalo de la comunidad china, que se lucia en el centro de la ciudad, pues cada media hora tocaba las campanadas, pero las personas que vivieron en ese entonces, asegura que desapareció en el periodo del alcalde Héctor Romeo Calderón Martínez.
Y que el actual que se encuentra en la torre del parque central, no es el original.
Así también, en el trienio de Enrique Castellanos Aranda, 1962-1964, existió la banca del “trapiche”, sobre la banqueta que conforma la esquina del palacio municipal, en donde llegaban los políticos, escritos, poetas e intelectuales para platicar por varias horas de diferentes temas.
De igual forma, desapareció de la noche a la mañana, lo cual inconformó a la sociedad, quien reclamó a la autoridad en turno, para después aparecer tirada en la calle.
A pesar de que recuperaron la popular banca, al final se perdió, por desinterés de las autoridades municipales que gobernaron en estos tiempos.
Del Huixtla de hace unas 5 décadas, no queda más que el recuerdo. Aquel Huixtla que tenía panteón alegre, un parque central que era centro de recreo, poblado de árboles, por lo cual era muy visitado por miles de curiosos, ya no queda, sino muy poco.
Como de sus viejos habitantes --a quienes se creen fundadores de un pueblo que casi se había borrado del mapa--, los señores Paz Coutiño, Tovilla Soto y muchos otros que nos cuentan haber visto nacer a la población, solamente la gloria de dejarles su bien aprovechada descendencia y sus apellidos propios.
En esta ocasión, presentamos una fotografía que refleja la devastación de Stan, pero también el imponente puente del ferrocarril. (Investigaciones Especiales/Zona Costa)
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