México, DF. Septiembre 11.- “Si volviera a nacer, lo haría de nuevo. No me arrepiento”, dijo antes de ingresar al Reclusorio Oriente.
Entre sonrisas y pronósticos sombríos, el boliviano José Mar Flores Pereira fue internado ahí, en el Oriente, donde las autoridades retardaron su entrada por considerarlo reo de alta peligrosidad. Libró la acusación por el delito de terrorismo, pero podría ser condenado a prisión hasta por 43 años, a no ser que los exámenes médicos a aplicársele arrojen deficiencias psicológicas o mentales.
Josmar, conocido así en el ámbito cristiano, secuestró el miércoles pasado un boeing 737 de Aeroméxico que seguía la ruta Cancún-Ciudad de México. Lo hizo, dijo, por una revelación divina: debía advertir al pueblo mexicano de una gran catástrofe.
Ayer, la Procuraduría General de la República decidió ejercer acción penal en su contra por los delitos de privación ilegal de la libertad (cuyo castigo, según el Código Penal Federal, va de seis meses a tres años), ataques a las vías de comunicación en la hipótesis de que mediante amenazas se apoderó de una aeronave (tres a 20 años de prisión) y sabotaje, por entorpecer vías de comunicación con el fin de afectar la capacidad de defensa del país (de dos a 20 años de prisión).
Su traslado, de la Subdelegación Zona Centro de Camarones al Oriente, estuvo a cargo de Policías Ministeriales. “Jesucristo vive y viene pronto”, gritó al salir.
El fanático religioso mantuvo el mismo semblante jocoso de cuando fue asegurado y reiteró que para nuestro país viene un cataclismo de grandes dimensiones. Insistió en haber sido utilizado por Dios para enviar un mensaje de alerta.
“Dios bendiga a todas las autoridades mexicanas, a los militares, al presidente… Como México no hay dos: oren por Bolivia y por México”, dijo antes de entrar al área de aduanas, donde permaneció por más de hora y media, a bordo de una camioneta de la PGR y rodeado de ministeriales. (De Las Agencias)
Entre sonrisas y pronósticos sombríos, el boliviano José Mar Flores Pereira fue internado ahí, en el Oriente, donde las autoridades retardaron su entrada por considerarlo reo de alta peligrosidad. Libró la acusación por el delito de terrorismo, pero podría ser condenado a prisión hasta por 43 años, a no ser que los exámenes médicos a aplicársele arrojen deficiencias psicológicas o mentales.
Josmar, conocido así en el ámbito cristiano, secuestró el miércoles pasado un boeing 737 de Aeroméxico que seguía la ruta Cancún-Ciudad de México. Lo hizo, dijo, por una revelación divina: debía advertir al pueblo mexicano de una gran catástrofe.
Ayer, la Procuraduría General de la República decidió ejercer acción penal en su contra por los delitos de privación ilegal de la libertad (cuyo castigo, según el Código Penal Federal, va de seis meses a tres años), ataques a las vías de comunicación en la hipótesis de que mediante amenazas se apoderó de una aeronave (tres a 20 años de prisión) y sabotaje, por entorpecer vías de comunicación con el fin de afectar la capacidad de defensa del país (de dos a 20 años de prisión).
Su traslado, de la Subdelegación Zona Centro de Camarones al Oriente, estuvo a cargo de Policías Ministeriales. “Jesucristo vive y viene pronto”, gritó al salir.
El fanático religioso mantuvo el mismo semblante jocoso de cuando fue asegurado y reiteró que para nuestro país viene un cataclismo de grandes dimensiones. Insistió en haber sido utilizado por Dios para enviar un mensaje de alerta.
“Dios bendiga a todas las autoridades mexicanas, a los militares, al presidente… Como México no hay dos: oren por Bolivia y por México”, dijo antes de entrar al área de aduanas, donde permaneció por más de hora y media, a bordo de una camioneta de la PGR y rodeado de ministeriales. (De Las Agencias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Opina, comenta... Este es el buzón del lector de Zona Costa